MANOTEO
A
veces soy miedo.
Me
paralizo en la orilla del viento.
Mi
mirada recorre el subsuelo de raíces tóxicas.
Paseo
entre los fantasmas de mi alcantarilla.
Respiro
aire viciado de entrañas podridas.
Manoteo.
Me
abro camino.
Hay
lagañas de ojos tiranos.
Subo
lenguas carcomidas.
Ellas
lamen metáforas ácidas.
Leo
metralla de ego pobre.
Imbécil
vanidad.
Destapo
palabras clandestinas.
Manoteo.
A
veces creo encontrarme entre mariposas rotas.
De
vuelo bajo.
De
viejo porte.
Y
me digo, vete.
Verso
traidor inocente amor.
Vete,
vete, vete.
Voltea.
Miro
al techo.
La
luz es ciega.
La
puerta se abre.
Entonces,
entra ella, la Poesía.
Nace
mi libertad.
CONSUELO
JIMENEZ
Conocí a Consuelo en Barcelona (donde vive),
una persona dulce, silenciosa
una persona dulce, silenciosa
que se ilumina cuando sonríe.
Coincidimos en algunas ocasiones, una de ellas leyendo nuestros trabajos en “1000 poetas por el cambio” y allí descubrí a la
poeta.
Al leer sus versos, estos le cubren el rostro -que trasunta timidez-
de una pátina gloriosa y armónica.
Y un día, no hace mucho, su libro llegó a mis
manos y vibró en ellas.
Al abrirlo sentí como si un misterio se develara,
es que Consuelo no sólo vuelca su sentir en cada estrofa, ella habla de algo
que toca nuestra propia naturaleza. Nos habla de sus visceras a nuestras visceras.
Me llamó mi atención que en sus poemas hay una palabra que se repite: NADA. A veces me pregunto si se refiere a la “nada” de Sartre, si es surrealista… si ese vacío existencial que los escritores rellenamos de palabras es una maldición o una simple forma de ser… o es un espacio por donde solemos caer a nuestro propio abismo.
...
"Esta manía mía de escribir
¿a dónde me lleva?
A mí, a mí.
No es fácil morir
Nada fácil.
...
Sentirse nada
Nadie
....
Como sea, Consuelo Jiménez sabe rellenar esa nada
de una belleza propia y de una Verdad humana con un estilo muy original y
particular.
SENTIRME
La
oscuridad flor de pétalos abiertos al verso
recorre
el perfil de una sombra iluminada.
Empecinada
en ser párpado clavado
en
el abismo perdido de un mundo
de
estrellas sin cielo.
Derramo
silencio.
Cierro
los ojos.
Borro
el mandato de lo correcto.
Templo
el momento en el arrullo
de
nanas sin otros.
Convulsiono
sola por dentro.
Sentirme.
Olvidarme
de pasos
que
resuenan a cuchillo
cortando
el suspiro,
y
recibirme con amor.
Luego
ya, subir la persiana.
Ser
luz en la oscuridad.
Una
misma cosa.
C.J.
Le hice algunas preguntas y sus respuestas son de esa sinceridad profunda escritas con la sencillez de quien habla desde el corazón. Por lo tanto, callo y doy lugar a sus palabras:
CONSUELO
Creo
haberme tendido al sol,
rodeada
de voces taladrando el silencio.
Rompiendo
una lanza en favor del día.
Me
dije:
Consuelo,
insiste en la luz.
Tu
ceguera despertará en la noche.
Ahora
descansa.
Y
tus ojos,
trazos
morunos, de intenso negror,
deberán
dormir en la profundidad de un sueño lunar.
Cascabeles
de alegre son atravesaran la tormenta.
Y
en tu sendero,
el
reflejo de un nombre,
la
vida.
C.
J.
Dice nuestra poeta de hoy:
Desde
siempre he sentido la necesidad de expresar por escrito todo aquello que
permanecía atrapado en mi silencio. A veces la palabra no venía y abstraída
ante la hoja en blanco, garabateaba, dibujaba una y otra vez las mismas
imágenes, pájaros de perfiles rectilíneos unidos en vértices, sobresaliendo la
redondez de cabezas pequeñas cuyo ojo era el único punto de referencia.
Ahora
cuando escribo un poema siento las mismas sensaciones que en aquel entonces
cuando garabateaba.
Pero hay
una diferencia, mientras escribo Poesía interactúo con las cosas, siento su
presencia, me alcanzan los movimientos, los ritmos, los colores, me pierdo y me
encuentro en la luz, en las sombras, en las voces, en el silencio. La lejanía
del universo, y su misterio parece dejarse atrapar entre versos. No busco
verdad, ni mentira, no me paraliza la duda, el miedo afloja su soga, camino,
continuo, vivo.
Escribir
mis pensamientos, emociones, es una forma de leerme por dentro, y al mismo
tiempo de destaparme, mostrarme, volar sin alas, ser alma inquieta, viva, ser
libre.
No me
olvido de mencionar, aquel viejo diario que escribí en la adolescencia,
asegurándome de que nadie lo pudiese leer, mi extrema timidez no lo permitía,
tal vez por ello siempre fui rebelde y contestaría en el seno familiar.
Pasaban
los años y mis estudios no se inclinaban hacia las letras, me entusiasmaban las
Matemáticas, eran totalidad, cosmos, entre ellas podía pasarme horas enteras
hasta perder la noción del tiempo, ahora eso mismo me sucede con la Poesía.
Durante
los años de estudios mis lecturas en relación a la literatura, se ciñeron
estrictamente a las pautadas en los cursos escolares, no sentía ninguna
inclinación especial hacía las letras.
En este
sentido todo ha cambiado, las Matemáticas se han convertido en Poesía.
Me gusta
ese mundo poético siempre abierto, inacabado, incompleto, infinito,
inalcanzable, lleno de belleza y libertad.
Mi primer
poemario “La huella de tu olvido” lo escribí entre los años 2012 y 2013 y fue publicado
en el 2014, nacía como un acto de entrega y amor enlazado o desencadenado a
consecuencia del Alzheimer, enfermdad que desde hace diez años padece mi madre.
“La huella
de tu olvido”, representa mi nacimiento poético, es un libro con cierto matiz
de inocencia, limpio, sano, mi “niño chico”, mi debilidad.
En este
año en curso, ha nacido mi segundo poemario “Palabra duende sin final” con el
que sin duda me declaro y me siento poeta no
por leer y escribir versos, sino
porque la Poesía ya forma parte de mí, sin ella no sé si soy, ella es mi ser y
mi estar.
Lo próximo
que me gustaría escribir, es un libro de relatos brevísimos, que con poco se
dice mucho, como en la Poesía.
También me
gustaría escribir un poemario construido desde la calma, pausado, lento, donde las
palabras descubran imágenes nuevas con las que soñar y despertar.
Por último,
decirle a todo aquel que quiera escribir versos que cuando se siente la Poesía,
sabiendo o no sabiendo que es Poesía, no hay que cerrarle jamás la puerta, ella
entra sin avisar y se queda.
MASCULLANDO
Hay
en el latido,
un
rubor a rocío.
A
pétalo abierto.
A
flor encendida.
A
manos ardientes.
A
cuerpos trenzados.
A
sexo húmedo.
A
gemido.
A
amantes.
A
deseo
A
versos libres.
A
palabra.
Palabra.
Placer
de largo vuelo.
FÉRREA
Se
secó mi alma.
¡Qué
se la lleve el diablo!
¡Qué
me la devuelva insana!
Envenenada.
Doblada
y
con sabor a infiel.
BIOGRAFÍA BREVE:
Consuelo Jiménez Martín
(Barcelona 1961). Cursó estudios de magisterio.
En el 2014 publica su primer
poemario “La Huella de tu Olvido” creación vinculada a la enfermedad del
Alzheimer.
En el 2016 publica su segundo
poemario “Palabra duende sin final”.
Ha participado y colaborado en
la publicación de La Antología Poética “Sueños Compartidos” de la asociación de
Poetas de Cornella.
Colabora en las revistas
poéticas digitales “Azahar” de España y “Gealittera” de Argentina.
En el 2015 participó en el
Certamen del V Festival “Grito de Mujer” celebrado en Jerez de la Frontera.
En el mismo año participa en el
recital internacional “100 mil poetas por el cambio”.
Poeta
de claras influencias de poetas como Alejandra Pizarnik, Consuelo crea poemas
de verso breve, de lectura ágil, casi entrecortada (ritmo que indica a veces el
desasosiego del yo poético). Siempre nos presenta el poema con ciertos matices
al claroscuro, con la pregunta incesante como motor del poema, con la duda que
acecha, con la incertidumbre existencial que la persigue, que casi la acorrala,
pero el ánimo infatigable de la autora nos presenta y se ofrece a sí misma un
punto de fuga. El lector es invitado a la reflexión, a convivir consigo mismo,
en soledad; elemento fundamental en la poesía de Consuelo, conjuntamente con
los anhelos de ser comprendida, de entenderse a sí misma, y de crear un puente
con los demás y el mundo exterior. No es una poesía complaciente ni ligera, es
por el contrario una poesía que bucea más allá de lo aparente, que se adentra
por los intrincados laberintos del subconsciente. Poesía en definitiva para
lectores atrevidos y arriesgados, que no se conforman con la verdad manida ni
con los lugares comunes. Poesía sin más artificio que la verdad desnuda del ser
consigo mismo y del ser frente a su destino.
Francisco Serrano
Rodríguez
LOS POETAS
¿De qué
cielo hablan los poetas?
¿Qué
vanidad arrastran?
¿Qué
sentido tiene su pálpito?
Ellos son
párpados erizados
entre
delirios y sueños.
Sus ojos
se abren a desvelos.
Se cierran
al tiempo.
Lo
congelan con sus versos.
Pero, ¿de
qué hablan los poetas?
¿Quiénes
son ellos?
¿Callan lo
que aman?
¿Odian lo
que callan?
¿De qué
claridad, sombra y luz escriben?
¿Es el
amor lo que les mueve?
¿O esa
libertad de creerse libres?
Eternos
divinos,
vestidos
de envolventes palabras
y sutiles
metáforas.
¿Cuál es
la realidad del poeta?
Solo hay
una.
Su verdad
y su mentira.
Ahora es
de cortesía.
Aquí, por
vez primera.
Declararme
poeta.
PRÓLOGO
No hace
mucho tiempo leí al comienzo de un libro unas palabras del poeta granadino
Rafael Guillén (generación de los 50) que dice: “Bien sabido es que las
palabras son las andaderas del pensamiento y que necesitamos apoyarnos en ellas
para desplazarnos por
dentro de las ideas y para recorrer los pasillos, con
frecuencia angostos y mal pavimentados, que conducen de una idea a la otra”.
Las
palabras que invitan a leer la poesía de Consuelo Jiménez Martín no sólo es la
idea la que conduce los versos. Lo más grande de esta poeta es que desnuda su
alma en todos sus escritos. Ella misma comenta que sus versos “son como el
vuelo del viento que va y viene”. Y estos al levantar las alas anuncian:
“CALLA…QUE HABLEN LOS VERSOS”. Regalándonos así el sentir de todas las
emociones que brotan en su piel sin dejar ninguna encerrada en la caja de su
corazón. Porque esta mujer es en sí misma pasión y vida. Esa vida que abraza
sus poemas y nos habla de la muerte, del miedo, del dolor, del amor y de la
pasión. Y ahí está para hacérnoslos vivir y estremecernos. Sin palabrería con
claridad de ideas, franca y sincera. Pero si leemos con detenimiento su poesía
descubrimos ese cierto grado de misterio que rodea algunos poetas y nos deja al
lector entrar en su obra con deleite, buscando más allá de las palabras
escritas. Y por consiguiente percibir e imaginar lo que su poesía esconde o nos
descubre.
En su
poema “ES POESÍA LA VIDA”. Encontramos a la autora caminando entre la vida y la
palabra. Lo que realmente hace es liberarse para crear sin barrera alguna. Con
el alma en silencio y la voz en el gesto.
“Al
caminar sólo una voz
penetrando
en la espesa
capa
de la imaginación,
la
del viento.
Y
en el suelo, la bruma.
Púrpura
del sol luce al paso.
Piso
las hojas.
Me
acompañan sus huellas.
Es
poesía la vida.
Escribo.”
Le
preguntaron en una entrevista de radio que a qué edad escribió su primer poema,
ella respondió que posiblemente sería: “cuando empecé a garabatear figuras sin
formas determinadas perfilando aquellas imágenes sobrepuestas con un bolígrafo
azul. Si eso se considera escribir.
Entonces esas fueron mis primeras palabras”.
En su
poema “SUCEDIÓ”, vuelve a garabatear sintiéndose fiel a la palabra.
Recordándonos que siempre es la palabra la que le quita el sueño y la enamora.
Por esos desvelos nocturnos fluye su luz, y consigue así alcanzar la esencia
personal que tienen sus poemas.
“La
palabra parece eco en el vacío.
Sé que
está.
Volví a
garabatear la voz.
Ella se
paraliza justo en mi frente.”
De
aquellas primeras imágenes digámoslo así, ha pasado algún tiempo y en estos
momentos Consuelo Jiménez es una poeta que día a día va creciendo. Porque sólo ella sabe dar belleza a la
palabra con esa forma tan personal y única de hacer poesía. Es una puerta
abierta al Universo Creativo donde sus versos son un torrente de sentimientos
compartidos. Y todos los que la conocemos sabemos de su gran energía vital y
pasión al escribir. Es poeta del hoy de las que se arriesgan a vivir el
presente. Todo lo que su retina fotografía y no pierde de vista lo lleva paso a
paso a la palabra sin filtros, con madurez, con tenacidad, con valentía, o
simplemente con una gran ternura.
En este
su segundo poemario “PALABRA DUENDE SIN FINAL”. Da un giro de trescientos
sesenta grados. Se nos presenta con una poesía de mayor riqueza en palabras,
contenido y con mayor libertad de expresión, creación y comunicación. En su
primer libro editado con el nombre de “LA HUELLA DEL OLVIDO”, Dedicado
íntegramente a su madre y a la terrible enfermedad que padece ALZHEIMER. Aquí sus
poemas son herméticos, cerrados, pero nos da la ocasión de leer sus preguntas y
respuesta a emociones encontradas entre el amor de ella y el no recuerdo
progresivo de su progenitora.
Seguimos
sumergidos en la lectura de “PALABRA DUENDE SIN FINAL”, para poder rendirnos
como lo hemos hecho anteriormente con su léxico tan propio y esencial como su
fuerza.
En su
poema “SENTIRME”. Encontramos a la poeta desnudando su alma en toda su
sensualidad. (Éxtasis de palabras en el silencio).
“Derramar
silencio. Cerrar los ojos
borrando
el mandato de lo correcto.
Temblar
el momento en el arrullo
de
nanas sin otros. Convulsionar
sola
por dentro, sentirme.”
Cuando
nos habla de ese sentimiento único, mágico siempre, esperado en su todo, donde
la verdad tiembla en perenne ternura. Sé nos ofrece con naturalidad y
sencillez. Con esa franqueza que caracteriza toda su obra. En “MÁS QUE MÁRMOL”.
Poema lirico e intimista de una inspiración exquisita y palpitante. Nos
sorprende con todo su apasionamiento y sensibilidad. Hablándonos de amor.
“Tus
pupilas, volcán en mis labios,
son
versos sin poeta.
Escritos
en el infinito de la duda,
donde
la mediocridad sabe a pureza.
Nada
más.”
Muchísimas
gracias Consuelo Jiménez, por confiar en mí, dejando en mis manos el prólogo de
tu segunda obra este poemario que vuelvo a leer y releer, pero poco a poco,
como si saborease un café placentero e intenso.
Y debo confesar que cada vez que me detengo en un poema descubro la
enjundia y belleza de tu creación esa que nace tan natural como un manantial de
agua espontánea.
Ana Isabel Pérez Pizarro
Bonita creación y con el talento como rampa de salida, aunque creo que la sensibilidad va a la par. ¡Enhorabuena y un abrazo!
ResponderEliminar¡Un abrazo, Mónica!
Muchas gracias Julia! el abrazo doble para tí
EliminarPrecioso y rico relato. Hermoso recorrido. Bello resultado .
ResponderEliminarSabe a alma..
Gracias por tu bello comentario Mauri. Un abrazo
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