miércoles, 5 de julio de 2017

Marcos Torrent y sus temas de actualidad

Me encanta leer escritores que más o menos jóvenes, más o menos nóveles, tienen esa escritura clara, precisa, con un mensaje que dice lo que debe decir sin ambages ni metáforas. Como decían en un tiempo: “Al pan: pan y al vino: vino.”

Estos escritores que menciono, entre los que está Marcos Torrent, parecen tener influencia alemana o un léxico adecuado a los textos enviados por el móvil (sin la jerga habitual). Me recuerdan los telégrafos (de hace… tanto) en que se ahorraban palabras y se usaban las más aclaratorias, las mejores.

Las dos historias que leí de Torrent están muy bien armadas, tienen un claro principio retratando los personajes en manera definida, un desarrollo con un final que, no por casi sorpresivo, es menos lógico.
Torrent nos lleva de la mano con amabilidad y destreza ya sea por el pasillo de una escuela como por los vericuetos de la mente del personaje en cuestión.

Sus historias tocan temas muy actuales como el “Asperger” el “bulling”, la frustración y su ira consecuente, entre otros. Los que hemos enseñado en escuelas podemos identificarnos y comprender varios de sus personajes, acompañarlos en su soledad o en las injusticias, ya que estas tramas se dan en escuelas.

Agradezco a Marcos su confianza al dejarme entrar en su literatura y por contestar mis preguntas, a continuación, la entrevista con el autor:

¿Eres escritor de carrera o has seguido alguna carrera?
Disfruto del camino autodidacta. El más sano, en mi opinión, para cualquier persona.                                                      
El actual sistema educativo, por lo menos en Argentina, no hace más que ponernos límites. Intentar obtener el mismo producto final, con distinta materia prima, puede tornarse peligroso. Apagas la imaginación. El sentido común. 
                                                                                                                
Veo muchos padres enfadados. Aprender nunca será hermoso mientras existan cosas como la literatura impuesta o la matemática sin aplicación. Normal la falta de entusiasmo.                                      
 Me entristece pensar en lo bien que podrían aprovecharse tantos años de estudio. Los increíbles jóvenes que obtendríamos luego de cada etapa escolar. Necesitamos una educación más libre.
Hace tres años, empecé una carrera universitaria. “Licenciatura en sistemas”.  Informática. Programar, en mi opinión, puede abrir mucho las cabezas. Estás, constantemente, estudiando todos los caminos posibles ante una determinada situación. Te vuelves, bellamente, loco. Además, por suerte, existe gran libertad al momento de desarrollar un sistema. Es como narrar.
De momento, por decisión propia, mis estudios académicos están en pausa. El comportamiento impermisible que presentan, desde mi punto de vista, gran parte de mis profesores, algunos con una “autoridad” casi incuestionable, me ha dejado mucho que desear con el pasar de los años. Prefiero, actualmente, manejar saberes informáticos también por vía autodidacta.

¿Desde qué edad escribes?
A los doce años, aproximadamente, creé algunas historietas. Tenía un personaje llamado “War” (“guerra” en ingles). Este “stickman”, hombre hecho con palitos, era muy conflictivo. Granadas, cuchillos, bazucas y demás. Un “Chuck Norris”, o “Rambo”, pero de trazos simples. Indestructible.                                            Le dediqué toda una saga. No sé donde estará.

En mis catorce, escribí una diminuta historia de terror de la cual necesité, solamente, la aprobación de mi madre para quedar satisfecho. A rasgos psicológicos, seguramente, podríamos vincular el hecho con mí, en ese entonces, regular desempeño escolar. Puede que haya existido una necesidad de generar orgullo a fin de disminuir la culpa por mis malas notas.
Me acerqué al mundo literario, como nunca antes, a la edad de diecinueve años. Ganar un nobel se me hacía más fácil que escoger una carrera universitaria. Terminé perdiendo el año.                    
Rápidamente, el peso social, “deberías estar estudiando”, me hizo volver al texto. Compré libros de lectura, busqué artículos en internet e intenté soportar la falta universitaria con cursos de informática presenciales.
Mientras sobrellevaba mi “año sabático”, cierto día, comenté con una amiga mi inquietud por escribir una fría historia relacionada al ámbito escolar. La juvenil, y detectivesca, serie televisiva “Teen Wolf”, junto con mis libros de “terror psicológico”, en mi opinión, pudieron haberse fusionado para crear la idea de la cual derivó “Cuando la amistad no importa”. 2013.

¿Vives de la literatura? O ¿Cuál es tu ocupación?
Publiqué mi libro, virtual y gratuitamente, por primera vez, en 2013. Luego, tres años más tarde, decidí darlo de baja para comenzar a re-editarlo. Tenía algunos errores, la narración era bastante superficial y poco se explotaba una historia que daba para más. Por decir algo, a modo de ejemplificar un error, el supuesto protagonista alemán se llamaba “Thomas”.
Edité las líneas hasta alcanzar un alto nivel de conformidad. Mis ansias, está vez, fueron mayores. Decidí publicar bajo la misma temática. Cualquiera, disponiendo de internet, puede leer el texto. Por otro lado, amaría que existiese una versión física, y encuadernada, de mi historia. Hecho que será posible si una editorial me permite mantener la versión digital y gratuita. Cero barreras.
Actualmente, me encuentro trabajando en un proyecto personal relacionado con el “diseño gráfico” y el “community management” (creación y gestión, virtualmente, de una marca).              -

¿Cuándo decidiste que eras escritor?
Catalogarse como “escritor”, en mi opinión, es complicado. Valdría preguntarse qué es lo que te hace “merecedor” de tal título. Algunos lo abordarán, únicamente, por la acción de escribir, otros por generar contenido acorde a ciertas reglas y/o complejidad, cantidad de años en el oficio, nivel de constancia, número de textos creados, etc. Yo, actualmente, haciendo un “merge” (una fusión de cosas), no me considero un “escritor”.

¿Quién te ha influido en tu vida literaria?
La primera vez que fui a una librería, por “pseudo - decisión propia”, tuve el agrado de ser atendido por “Pablo”. Vendedor que, basándose en mis intereses, decidió recomendarme una obra titulada “El experimento”. Texto creado por “Sebastian Fitzek”. “Terror psicológico”.  Sentí que “Pablo”, lector de dicho libro, elogió al escrito con sinceridad. Primera compra.
Con el tiempo, decidí sumar otros “fríos” autores. Entre ellos, “John Verdon”, “Stephen King”, “Aaron Elkins”, “Truman Capote”, “Dylan Jones” y “John Katzenbach”. Algunos, “psicópatas” que, afortunadamente, optaron por escribir.   
                                                                            También tengo libros de “J.K Rowling”, “Edgar Allan Poe”, “John Grisham” y “Norma Huidobro”.
Todo influye. Cada texto.

 ¿Qué temas son tus preferidos? Y ¿cuáles géneros has incursionado?
Siento un atractivo por el “suspenso”. Más, cuando éste se relaciona con el “terror psicológico” y/o el género “policial”. Películas como “Hush” (Mike Flanagan), “Would you rather” (David Guy Levy), “El silencio de los corderos” (Jonathan Demme), “Hannibal” (Ridley Scott) y “Hannibal. El origen del mal” (Peter Webber), pueden brindar horas muy interesantes.
De momento, me siento cómodo pensando dentro de estos géneros. Juegan mucho con la psicología. La mente humana. Lugar donde se descubre el porqué de casi todos los actos. Maldad y bondad. Conceptos que pueden crearse. Venimos al mundo como “hojas en blanco”. Experiencias definirán gran parte de nosotros. Ahí está lo interesante. La historia detrás del hecho.

¿Qué es lo próximo que te gustaría escribir?
Actualmente, no tengo ideas que me quiten el sueño. Preferiría re-editar algunas historias también de mi autoría. Pulirlas. Sería, en mi opinión, lo más sano.                                                                                
La primera mano de pintura no es suficiente para lucir una pared. Siempre quedarán errores. Lo bello está, dentro de las capacidades de uno, en dejar los menos posibles.

 ¿Te sentiste diferente, bien, o como, después de publicar por primera vez?
Me sentí genial. Amo compartir cosas con el mundo. Más cuando hay un bello mensaje detrás. Arriesgué la retribución monetaria a fin de aumentar la cantidad de público. Quité barreras.         
Me ha leído una habitante de Portugal que es oriunda de Chile. Dudo haber dado con ella mediante un sello editorial. Gasto menos viajando en “clase turista”. Da para más vuelos.

¿Qué le dirías a alguien que quiere publicar su primer libro?
A nivel escritura, hay que poner muchas cosas sobre la mesa. Distintas oraciones pueden explicar lo mismo. Sin embargo, impactará mejor la que posea una construcción más “profunda”.                 
Dentro de la edificación, uno debe cuidar la ortografía. Combinaciones, por buenas que parezcan, nada serán si éstas carecen de su debida acentuación. “Microsoft Word” puede ser muy útil.
Utilizar, en exceso, palabras inusuales puede cansar al lector. Pasarán más tiempo leyendo el diccionario que tu historia. Trata bien sus bellos cerebros. Enseña con cuidado. Que lo disfruten. Escribe, en primera pasada, lo mejor que puedas. Tendrás, a futuro, menos errores que corregir.  Diviértete. Trabajas en la creación de un mundo. Pura libertad.
con sus hermanas
Una vez termines, investiga cómo obtener “Derechos de autor”. Protege tu escrito aun éste siendo gratuito. Podrían, legalmente, quitártelo. Incluso, querer cobrar por él. Ahórrate disgustos. Existen organismos, en cada país, donde puedes registrar tus obras. También, al menos virtualmente, sitios donde solicitar un registro a nivel internacional. Ambos trámites son importantes.

¿Te gustan: los animales, los deportes, la música? ¿Cuáles?
Todos los animales son increíbles. Peor sería el mundo sin ellos.                                                                               Existen comportamientos que suelen fascinarme. Osos, por ejemplo, jugando con humanos. Quisiera saber cuánto, en verdad, tenemos de distinto. Tal vez se tenga más amigos.                       También, creo yo, las divisiones territoriales deberían ser más justas. Les han quitado mucho.
Deportivamente, me aburre el papel de espectador. Disfruto, casi únicamente, estar en el juego. Fútbol, básquet, “paddle” y/o vóley. He soltado buenas risas. Todo sea por divertirse.                      
El ambiente competitivo me incomoda. Ganar, como perder, es más agradable habiendo disfrutado del juego. Además, las dotes de cada uno se muestran mejor a falta de presión.
A nivel musical, gozo de muchos géneros. Encasillarte no hace más que esconderte placeres. Compraría, por ejemplo, un “CD” con canciones, entremezcladas, de “rock”, “reggaetón”, “clásico”, “rap” y “pop”. Basta de prejuicios. También puedo jugar a bailar “electrónica”.

¿Qué lugar del mundo prefiere para vivir?
Nunca he salido de Argentina. Poco de Buenos Aires. Rumores existen de una vida más tranquila sobre otras provincias de mi tierra. Lindo sería nutrirme de experiencias. Conocer.                                 
Mundialmente hablando, aceptaría cualquier país que trate mejor la vida de sus ciudadanos. Necesitamos una real aristocracia no hereditaria. Gente sobresaliente por su sabiduría y nobleza.

Si tuvieras que comenzar de nuevo, ¿qué cambiarías?
Si hablamos de volver el tiempo atrás, nada cambiaría. He ganado gran experiencia tal cual se hicieron las cosas. La clave siempre está en aprender de cada paso dado sin importar su dirección. Aciertos, junto a errores, marcarán nuestro camino.



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