“El caparazón de la
tortuga” no solo es un nombre sugestivo, sino que nos invita a ir entendiendo la
novela desde la portada, pues allí nos llevará su trama… una trama que me
resultó por demás interesante.
Desde ya un thriller
psicológico agudo que, como tal, enfrenta a dos personalidades, ambas con una
familia muy diferente, una situación económica muy distinta pero la misma
soledad y rechazo a y de la sociedad, la necesidad de afecto y un estímulo
intelectual en común: la literatura.
¿Qué hacen dos seres,
masculinos, inteligentes, que no son homosexuales, aislados en una casa? ¿Cómo
se las ingenia la autora para atraparnos desde el principio al fin con solo dos
personajes?
Una idea al margen me
surge: ¿Existe el thriller sociológico? Porque a mí me gustaría plantear esa
posibilidad en la categorización de algunas novelas como “El caparazón de la
tortuga”.
(Es que, en esta trama, cada uno de los dos protagonistas centrales son imágenes fractales de una
sociedad aislante y aislada por el desamor, por la falta de comunicación, por
la manipulación familiar que crea personalidades escindidas, personalidades
tóxicas, psicópatas, etc… y toda clase de desviaciones mentales perversiones,
adicciones, ocultas o no.)
Dejando esta digresión
personal atrás, he de comentar que me fascinó la descripción tan gráfica, casi
pictórica, de cada escenario donde transcurre la novela, así como las historias
de los personajes centrales y colaterales de la misma. Lola Mariné no ha dejado de dar
detalles que nos sitúan frente al protagonista como si lo viéramos moverse:
"Víctor
siempre se ponía tres cubitos, después, el líquido derramándose sobre las
piezas congeladas, ahogándolas, deshaciéndolas, variando su sonoridad a medida
que el vaso se iba llenando. De pronto, aquellos eran los sonidos del mundo: un
vaso llenándose y el suave y acompasado zumbido de una impresora vomitando
páginas, perezosa."
En síntesis, casi 300
páginas de una historia bien contada, con un final inteligente y una trama
digna de ser leída. Altamente recomendable.
SINOPSIS
Un
adolescente introvertido y de carácter sombrío desaparece sin dejar rastro;
diez años después reaparecerá convertido en el ganador de un importante premio
literario. ¿Qué ocurrió durante esos diez años? La explicación se oculta tras
su peculiar relación con un hombre adinerado, atormentado y solitario que
consume sus días en una aislada mansión; ese encuentro marcará el destino de
ambos.
Dos
escritores, dos misántropos, dos voluntades encontradas.
Un
thriller psicológico en el que nada ni nadie es lo que parece.
Sobre la autora
Le pedí a Lola Mariné me contestara
sobre algunos temas y lo hizo gentilmente, he aquí el resultado:
Escribo
desde que era una niña, a los 8 años empecé a escribir poesías y cuentos
cortos, y a los 13 me atreví con una novela que plasmé en varios cuadernos de
cuadrícula que no sé dónde fueron a parar.
Mi
primera vocación fue ser actriz, y a
ella dediqué 20 años de mi vida, aunque nunca dejé de leer ni de escribir, pero
lo hacía como entretenimiento, como desahogo.
Al
mismo tiempo estudié y me licencié en psicología lo que, junto con mi
experiencia como actriz, me ha sido muy útil
a la hora de escribir y componer personajes que siempre tienen un profundo
trasfondo psicológico.
La
crisis económica me empujó a dedicarme a la literatura a tiempo completo, ya
que perdí mi trabajo cuando se acababa de publicar mi primera novela, Nunca
fuimos a Katmandú y ni siquiera me plateé buscar otro, tenía claro que solo
quería dedicarme a escribir, lo que he ido compaginando con trabajos
relacionados como lectora y correctora y dando cursos de escritura creativa.
En
mi familia siempre entendieron que yo era un poco especial y no me adaptaba a
las normas, y si aceptaron que fuera actriz no supuso ningún trauma que
decidiera ser escritora. Mi hijo ha convivido con ambas profesiones desde que
nació, así que lo asume con naturalidad.
¿Cuándo decidiste que eras
escritora?
No
sé muy bien cuándo ni cómo decide uno que es escritor puesto que no hay nada
tangible que lo respalde. Yo me sentí escritora cuando vi mi primera novela en
las librerías y decidí que ese sería mi trabajo a partir de entonces.
¿Qué autores te ha influido en
tu vida literaria?
Supongo
que me han influido todos los escritores a los que he leído, aunque no sea
consciente de ello. Pero cuando empecé a escribir tenía muy presente a Isabel
Allende, a la que siempre admiré y leía con interés.
¿Qué temas son tus
preferidos? Y ¿cuáles géneros has incursionado?
Empecé
escribiendo historias de mujeres, no románticas sino realistas, siempre me ha
interesado el mundo de la mujer y me temo que tengo cierta vena feminista. Pero
después de siete libros publicados he tocado otros géneros, como el libro de
viajes tras mi experiencia de voluntariado en Nepal, con Nepal, cerca de las
estrellas; el cuento infantil con Aburrilandia, el país sin libros; el relato
breve, con Gatos por los tejados, e incluso el thriller, al que debo confesar
que no soy muy aficionada, pero ahí está El caparazón de la tortuga que fue
finalista del Concurso de Escritores Indie de 2015.
¿Cómo convocas a tus
musas?
Opino,
como Picasso, que las musas tienen que encontrarte trabajando. Cuando estoy
escribiendo una novela me marco unos horarios, una rutina diaria. Aparte de eso
solo necesito silencio para sumergirme por completo en el mundo de ficción que
estoy creando y olvidarme de lo que hay fuera.
¿Qué es lo próximo que te
gustaría escribir?
Estoy
escribiendo una novela sobre el mundo del espectáculo (ya tocaba) y me lo estoy
pasando genial recordando anécdotas de mi época de actriz.
¿Te sentiste diferente,
bien, o como, después de publicar por primera vez?
Cuando
vi mi primer libro en las librerías me sentí maravillosamente. Fue uno de los
días más felices de mi vida, mi sueño hecho realidad.
¿Qué le dirías a alguien
que quiere publicar su primer libro?
Que
sea humilde y objetivo y se asegure muy bien de que ha hecho un buen trabajo
antes de publicarlo. Cuando esté convencido de ello, ¡adelante y mucho éxito!
¡Muchas gracias Lola!
Mónica Ivulich
Biografía suscinta:
Mónica Ivulich
Biografía suscinta:
Lola
Mariné
es escritora, licenciada en psicología y actriz.
Nacida
en Barcelona, vivió durante veinte años en Madrid donde se dedicó al mundo del
espectáculo. Regresó a su ciudad natal, se licenció en psicología e impartió
talleres de teatro en diversos colegios para los que escribió varias obras infantiles
y dirigió su puesta en escena.
En
sus primeras incursiones literarias participó en cuatro libros recopilatorios
de relatos: Tiempo de Recreo (2008), Dejad que os cuenta algo
(2009), Atmósferas (2009), en beneficio de la Fundación Vicente Ferrer,
y Tardes del Laberinto (2011).
Nunca
fuimos a Katmandú, su primera novela, fue publicada por la editorial Viceversa
en septiembre de 2010.
Gatos
por los tejados, un libro de relatos de temática variada, fue publicado en
junio de 2012.
Habana
Jazz Club, su
segunda novela, se publicó en 2013 y ha sido traducida al inglés y al
alemán.
Nepal,
cerca de las estrellas (Parnass Ediciones, 2014) es la crónica de un viaje
de voluntariado a ese país y ha sido traducida al inglés.
Aburrilandia,
el país sin libros, es un cuento infantil que trata de fomentar en los más
pequeños el amor a los libros. Fue publicado en 2014.
El
caparazón de la tortuga, un thriller psicológico y última novela de
la autora hasta el momento, fue finalista del Concurso de Escritores
Indie 2015.
Todas
sus obras están disponibles en Amazon en ebook y papel.
Su
actividad actual se reparte entre escribir una nueva obra, dar cursos de
Escritura Creativa, realizar informes y corrección de manuscritos y ofrecer
charlas y conferencias.
Es
la creadora de un blog de carácter cultural: http://gatosporlostejados.blogspot.com,
donde
comparte inquietudes y vivencias con otros autores, y tiene una presencia
destacada y activa en redes sociales como Facebook o Twiter.
(Fragmento de El caparazón de la tortuga):
“Aquella
era una noche apacible, no se percibía ni la más leve brisa, sin embargo, un
repentino golpe de aire agitó las ramas del roble y un desagradable escalofrío
recorrió el cuerpo del joven.”
Muchas gracias, Mónica, por este reportaje tan estupendo y tan completo.
ResponderEliminarUn abrazo.