A veces, algunos escritores me hacen llegar sus libros, manuscritos, poemas, cuentos y/o novelas. Éste fue el caso de un escritor argentino, por ese entonces novel, hoy con más asistencias a talleres, más novelas y poesías escritas, más publicaciones, obviamente más experiencia y –qué bueno- con más entusiasmo aún, que cuando lo conocí por vía cibernética.
Carlos Monti, que firma como Segovia Monti, me envió una novela corta, todavía sin editar ni corregir, se trataba de una historia sobre un faro. Me gustó su estilo fresco, su fantasía que develaba un conocimiento sobre los faros y su afición por ellos, simpatía que comparto.
Le pregunté si me permitía hacer una primera corrección ortográfica y me dio su confianza y gratitud. Más aún, a este relato le siguieron otros cuatro y luego un sexto, a los que accedí a dar un primer vistazo y consiguiente revisión de acentos, etc.
Mientras esto ocurría, Carlos me fue relatando su historia personal que, sucintamente, es la de un esposo y padre amoroso, ex profesor de gimnasia quien se vio forzado a abandonar esta profesión después de un accidente. Como Carlos es inquieto e ingenioso, así como amante de la lectura, fundó una biblioteca y sala de lectura, en la escuela de su hijo. Así es que disfruta leyendo historias en los salones de clase. Paralelamente, estudia literatura, asiste a talleres y escribe.
Y se enamora de los faros. Creo que, además y sin lugar a dudas, los faros se enamoraron de él.
Si hay vidas anteriores, seguramente, la de Carlos tuvo que ver con ellos en cualquier forma posible. Digo todo esto porque las historias que leí no se tratan solo de faros, fareros y lo que los rodea, son historias que emergieron como por la boca de los faros. Están escritas desde dentro. Descubren la personalidad íntima de estos gigantes de cabeza lumínica, ancestrales, testigos de soledades, romances y desencuentros del mundo marítimo. Sabios atávicos de piedra y cemento.
Su último libro “Iluminados por el faro” compendia historias de amor, de suspenso, de misterio, de gozo y sufrimiento. Historias compactas, sin desperdicio. En síntesis, una lectura recomendable.
Sin más, les presento a mi amigo: Carlos Monti.
Carlos Monti, que firma como Segovia Monti, me envió una novela corta, todavía sin editar ni corregir, se trataba de una historia sobre un faro. Me gustó su estilo fresco, su fantasía que develaba un conocimiento sobre los faros y su afición por ellos, simpatía que comparto.
Le pregunté si me permitía hacer una primera corrección ortográfica y me dio su confianza y gratitud. Más aún, a este relato le siguieron otros cuatro y luego un sexto, a los que accedí a dar un primer vistazo y consiguiente revisión de acentos, etc.
Mientras esto ocurría, Carlos me fue relatando su historia personal que, sucintamente, es la de un esposo y padre amoroso, ex profesor de gimnasia quien se vio forzado a abandonar esta profesión después de un accidente. Como Carlos es inquieto e ingenioso, así como amante de la lectura, fundó una biblioteca y sala de lectura, en la escuela de su hijo. Así es que disfruta leyendo historias en los salones de clase. Paralelamente, estudia literatura, asiste a talleres y escribe.
Leyendo a los alumnos Escuela rural |
Y se enamora de los faros. Creo que, además y sin lugar a dudas, los faros se enamoraron de él.
Si hay vidas anteriores, seguramente, la de Carlos tuvo que ver con ellos en cualquier forma posible. Digo todo esto porque las historias que leí no se tratan solo de faros, fareros y lo que los rodea, son historias que emergieron como por la boca de los faros. Están escritas desde dentro. Descubren la personalidad íntima de estos gigantes de cabeza lumínica, ancestrales, testigos de soledades, romances y desencuentros del mundo marítimo. Sabios atávicos de piedra y cemento.
Su último libro “Iluminados por el faro” compendia historias de amor, de suspenso, de misterio, de gozo y sufrimiento. Historias compactas, sin desperdicio. En síntesis, una lectura recomendable.
Sin más, les presento a mi amigo: Carlos Monti.
Su libro en la Feria |
POESÍA elegida por CARLOS MONTI (SEGOVIA MONTI)
EL SUICIDA
“No quedará en la noche una estrella
No quedará la noche.
Moriré y conmigo la suma del intolerable universo.
Borraré las pirámides, las medallas,
los continentes y las caras.”
J. L. Borges.
No quedará ni la sombra de lo que fui.
Las mujeres que he visitado,
los caminos se desdibujan en mi mente.
La música de Schumann no rendirá acordes.
Los libros se desgranan,
como el reloj de arena en la biblioteca.
La muerte ronda con su halo en la vaga noche
entre musitados silencios y espero.
Segovia Monti.
Carlos Monti nació en 1961, ciudad de Saenz Peña, Buenos Aires, Argentina.
Escritor de cuentos novelas y poesías. Se desempeña en la función de bibliotecario, en
la escuela ESB 312 San Miguel, provincia de Buenos Aires. Coordina el café literario “Los Pasos perdidos” en el Centro Cultural de la UNGS. En el año 2013 publicó su primera Nouvelle: Faro San Juan Salvamento que participó en las ferias del libro de Buenos Aires en 2013 y 2014; Latin American Intercultural Alliance de Nueva York. Han sido publicados capítulos y fragmentos en la revista literaria la Cigarra de México; Guka, Biblioteca Nacional Argentina.
Se encuentra en las bibliotecas populares: Sarmiento en Ushuaia Tierra del Fuego; otras en París, Francia; Red internacional Cuentacuentos, España. En las bases navales de Chile, Puerto Mont ,Iquique, Punta Arenas y Talcahuano.
Participó en 2014 en el concurso Clarín con su Novela: Un mal trago en la calle Olavarría.
Curso talleres con los escritores Walter Iannelli y Julio César Azzimonti.
Fue Jurado en los concursos literarios de la revista Guka, Biblioteca Nacional Buenos Aires y en el concurso de poesía de LAIA, Nueva York.
Actualmente se desempeña como secretario de redacción de la revista Guka, Biblioteca Nacional. Participó en el corriente año de la feria del libro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con su novela Iluminados por el faro.
presentación de su libro, al sur |
PROLOGO AL LIBRO
“ILUMINADOS POR LOS FAROS”
Notable la percepción del autor, Segovia Monti, para elegir una temática tan poco trillada y ofrecernos estas cuatro historias ficcionadas que giran alrededor del mundo de los faros. Construidas en forma minuciosa y ágil, estas historias nos introducen en un espacio restringido, oculto y misterioso que nos atrapa.
Luces encendidas, todas las noches por todas las noches de las noches, en una rutina perpetua, sostenida por seres esforzados, solitarios y olvidados a fuerza de coraje y vitalidad. Características estas expuestas con habilidad en este libro.
En relación con los significados culturales de los faros, es imprescindible comenzar recordando que su presencia acompaña a los humanos, y en especial a los marinos desde tiempos, a esta altura de la civilización, inmemoriales.
El faro es una construcción que surgió de una necesidad: alumbrar un espacio de costa marina señalando una posición que avisa al marinero del peligro, anunciándole la cercanía de la tierra y del hogar.
Erguido, con una figura sugerente y rica, nos atrae, nos convoca y nos deslumbra desde nuestra niñez como un tótem que agita nuestra curiosidad e imaginación. Artistas de todos los géneros, poetas y pensadores, fueron atraídos, como el autor de este libro, por este deslumbramiento mítico y metafórico.
En alguna parte del espíritu de Segovia Monti, debe haber impactado esta luz que conjuga y conjura dos soledades, la del marinero en el mar impredecible y la del farero, en los bordes de la tierra conocida, interminables veces azotada por ciclones, tormentas y borrascas.
La intuición del autor, su sensibilidad, han redescubierto un mundo extraordinario para desarrollar ficciones vívidas y verosímiles, donde la acción, los amores complejos y lejanos, el drama y la tragedia, aparecen como llamaradas que iluminan al lector y lo atrapan.
Sentimos, a medida que se van desarrollando las historias en estos cuatro faros elegidos por Segovia Monti, que, si bien los faros son inamovibles, su luz que es su mensaje, hace que tornemos hacia él,
Nos invita, no nos impone, nos muestra, no trata de convencernos, nos deja la libertad de nuestra imaginación para que sintamos como dentro de ese artefacto, la incertidumbre de la vida humana se expande envolviendo al lector, convocándolo al azar, al misterio y a pasados bellos pero también canallas.
Cada faro tiene su propio lenguaje, sus propias historias, sus propios conflictos. El primer relato del libro “Infierno de los infiernos”, comienza en el faro Ar men y termina en el impactante New London Ledge, luego lo suceden en distintos relatos el Espíritu Santo, el Murmansk y se cierra, quizás por ahora, en el San Juan Salvamento. Al final del libro y en forma informativa, podemos encontrar detalles complementarios de estos faros.
Ubicados en distintos lugares de la tierra, en distintos tiempos históricos, conformados por diferentes culturas y tradiciones, el lector puede llegar a pensar que esas diferencias muestran historias deshilvanadas. Esto es aparentemente cierto, lo real que nos
conmueve, es comprobar que el autor ha trazado líneas subterráneas que tienden a configurar una misma dimensión sensible: el mundo de los faros y sus fareros que circulan obsesos con su actividad como ajedrecistas apasionados por el juego hasta el extremo de entregar sus vidas en él. Todo el abanico de la condición humana circula en forma fantasmal dentro de esos cilindros confinados en el tiempo y el espacio.
Esta colección de historias ubicadas entre fines del siglo XIX y ya avanzado el siglo XX, nos muestra el pasaje del tiempo y del desarrollo tecnológico de la humanidad, pero por otra parte y en modo sustancial, qué poco avanza el espíritu del ser humano.
Segovia Monti, enciende, con pasión, cuatro conmovedoras fogaratas como seguramente se hacían, antes de que aparezcan los faros tal como hoy los conocemos, y en el arder de sus llamas, utilizando el milenario arte de narrar, nos conduce, nos enciende, atrapándonos en la lectura hasta el final del libro.
Julio César Azzimonti
Luces encendidas, todas las noches por todas las noches de las noches, en una rutina perpetua, sostenida por seres esforzados, solitarios y olvidados a fuerza de coraje y vitalidad. Características estas expuestas con habilidad en este libro.
En relación con los significados culturales de los faros, es imprescindible comenzar recordando que su presencia acompaña a los humanos, y en especial a los marinos desde tiempos, a esta altura de la civilización, inmemoriales.
El faro es una construcción que surgió de una necesidad: alumbrar un espacio de costa marina señalando una posición que avisa al marinero del peligro, anunciándole la cercanía de la tierra y del hogar.
Erguido, con una figura sugerente y rica, nos atrae, nos convoca y nos deslumbra desde nuestra niñez como un tótem que agita nuestra curiosidad e imaginación. Artistas de todos los géneros, poetas y pensadores, fueron atraídos, como el autor de este libro, por este deslumbramiento mítico y metafórico.
El motivo de su inspiración |
En alguna parte del espíritu de Segovia Monti, debe haber impactado esta luz que conjuga y conjura dos soledades, la del marinero en el mar impredecible y la del farero, en los bordes de la tierra conocida, interminables veces azotada por ciclones, tormentas y borrascas.
La intuición del autor, su sensibilidad, han redescubierto un mundo extraordinario para desarrollar ficciones vívidas y verosímiles, donde la acción, los amores complejos y lejanos, el drama y la tragedia, aparecen como llamaradas que iluminan al lector y lo atrapan.
Sentimos, a medida que se van desarrollando las historias en estos cuatro faros elegidos por Segovia Monti, que, si bien los faros son inamovibles, su luz que es su mensaje, hace que tornemos hacia él,
Con Alicia Digon |
Cada faro tiene su propio lenguaje, sus propias historias, sus propios conflictos. El primer relato del libro “Infierno de los infiernos”, comienza en el faro Ar men y termina en el impactante New London Ledge, luego lo suceden en distintos relatos el Espíritu Santo, el Murmansk y se cierra, quizás por ahora, en el San Juan Salvamento. Al final del libro y en forma informativa, podemos encontrar detalles complementarios de estos faros.
Ubicados en distintos lugares de la tierra, en distintos tiempos históricos, conformados por diferentes culturas y tradiciones, el lector puede llegar a pensar que esas diferencias muestran historias deshilvanadas. Esto es aparentemente cierto, lo real que nos
Tapa de su libro |
Esta colección de historias ubicadas entre fines del siglo XIX y ya avanzado el siglo XX, nos muestra el pasaje del tiempo y del desarrollo tecnológico de la humanidad, pero por otra parte y en modo sustancial, qué poco avanza el espíritu del ser humano.
Segovia Monti, enciende, con pasión, cuatro conmovedoras fogaratas como seguramente se hacían, antes de que aparezcan los faros tal como hoy los conocemos, y en el arder de sus llamas, utilizando el milenario arte de narrar, nos conduce, nos enciende, atrapándonos en la lectura hasta el final del libro.
Julio César Azzimonti
La familia ante todo |
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