martes, 20 de octubre de 2015

LILIANA MARESCACHI Artista plástica, escritora e historiadora, de Córdoba, Argentina.

Admiré sus pinturas en las redes sociales y -no solo- por su plasticidad, por lo bien pintadas, sino porque transmiten algo que va mas allá. Tal vez el compartir el signo zodiacal nos haga vibrar y resonar en la misma cuerda, pero sobre todo creo poder asegurar que su calidad es innegable.
Uno de sus cuadros me emocionó tanto que me tomé el atrevimiento de preguntarle si me dejaba que estuviera en la tapa de mi libro y me contestó con una sencillez y una alegría de poder hacer algo por otra persona -a la que sólo conocía por internet- que hizo mi día (y mi vida) mucho mejor. Aun no salió el libro pues faltaba mucha corrección, prólogo, etc. Pero, me enorgullece saber que su pintura ilustrará mi personaje. 
Con el tiempo fui conociendo más de ella y me fue sorprendiendo el que sea poseedora de muchas virtudes que una admira, es más, yo desearía que el mundo esté lleno de Lilianas... para que se convierta en paraíso al fin...
No voy a agregar renglones a esta nota, porque tiene mucho material escrito para contar de ella, muchas pinturas para darnos cuenta de su talento, de la mucha belleza y felicidad que puede compartir.
Aquí les presento a LILIANA MARESCACHI, una artista multifacética que da alma a lo que hace con la magia de su pincel o de su pluma (figurativamente hablando, claro).
Gracias Lili por tu arte y por ser la persona que eres.

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Qué es la pintura para mí
 por Lili Marescalchi
Lo que somos, quizás ya fue escrito en otras vidas y a veces, hace falta valentía y tesón para ser consecuente con esos mandatos.
Es lo que he intentado a lo largo de mi vida, desde que sentí el goce profundo y primigenio de dibujar en los primeros años de la infancia.
Niña alegre, que plasmaba incansablemente el vuelo de los pájaros en el intento de aprender a volar también, en elevarme hacia el cielo infinito del
campo que me vio nacer.
Casi como una metáfora de vida.
A los once años me regalaron óleos y supe con claridad que mi camino estaba ligado a la pintura, me sentí heroína que coloreaba el alma haciendo lo amado.
Al tiempo, al descubrir los sufrimientos del mundo, se convirtió en un refugio de puertas abiertas. Por ello, esa búsqueda de lo bello a través del arte, representa el perfecto equilibrio, que no evade la realidad, sino que trato que las sombras hagan más visible la luz…y  esa luz es eje en mi camino.
Además intento dar movimiento a la pintura, porque creo en la vida, en la evolución, en el aprendizaje, no pretendo lo estático, frío, vacío, al contrario, lo más profundo, casi misterioso es para mí el desafío: poder convertir un cuadro en color, movimiento, poesía y música.
Pintar es, entonces, una ventana con vidrios más coloridos y luminosos, que embellece el contraste y que, más que nada, me hace feliz.
Lili Spoleto Festival Art expo
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CRITICAS:

Director del Museo de Arte Armando Molina Rosa, Fabián Pereyra:
“La obra de Liliana Marescalchi transita la sinuosidad de la figura humana, que emerge de escenas cargadas de un surrealismo onírico, la conexión de estos elementos, crean una atmósfera colmada de belleza, evidenciando búsquedas… de raíces, de espacios idílicos, de movimiento y vibración, confluyendo todas en un homenaje a la esencia… a la vida.”
Poeta Francisco Acuyo, Granada, España:
Con ustedes la pasión y el arte en la multifacética producción de Liliana Marescalchi. Artista plástica, escritora e historiadora, nacida en Las Perdices, Córdoba, Argentina el 6 de febrero de 1957, su trayectoria abre una brecha por la cual el talento y la pasión transitan como un nutriente de referencia para las nuevas generaciones. Trabaja con óleos y ha incursionado en acrílicos y texturas mixtas. Dueña de un espíritu perfeccionista y elegante su expresión manifiesta el movimiento constante, la ondulación de las formas son un intento de alcanzar siempre algo más allá, tal vez aquel sueño que alienta la llama del Arte mismo. En cada una de sus obras aparecen rasgos constantes como la sublimación del cuerpo en metamorfosis, superando la cárcel del tiempo y la materia. El uso preferencial de los colores cálidos trasluce el matiz emocional de su expresión y pone en relieve el submundo de creatividad pleno que subyace en la imaginación y el deseo de la artista.
Es la obra de una soñadora, plena de humanidad y encanto, que se desliza por los colores con el dominio de un hada maestra que todo lo aprendió a los pies del Talento.

El periodista Darío Falconi: “Liliana Marescalchi es una apasionada, así se define. La pintura le fascina, la literatura la hace sentir más plena y la historia le juega a las escondidas y le pide que vaya a descubrirla. Podríamos decir que en ese triángulo artístico, la pasión se mueve como agua en una cubeta, que a veces se inclina más para un lado y muchas veces se desborda. Cuando la pasión es el norte, el alimento, el camino, la salvación de los días, no hay más límites que los que pueda dar el tiempo”

Crítica de Arte Mariarosaria Belgiovine, Italia:
“En la figura humana manifiesta vivamente una gran dulzura, de naturaleza expresiva y con tonalidades de transparentes evocaciones. Tiene una sugestiva capacidad de ofrecer su delicado y armonioso sentido pictórico en la fascinante traducción de la realidad a lo simbólico.” 

Crítica de Arte Elena Gollini, Italila:
En la labor pictórica de Liliana Marescalchi emerge predominantemente el deseo de capturar algo, que sobrepasa la apariencia de los sentidos, una espasmódica necesidad de aventurarse en aquel territorio de confines, donde la esencia misma del cuerpo, masculino y femenino, asume la semblanza del alma. Quien observa sus pinturas, se confronta con la condición de un ánimo inmerso en un limbo ninfático onírico. En ella existe un factor constante de fondo, una búsqueda del origen del encanto indefinido e indefinible, que las imágenes desean manifiestamente suscitar. Comparecen rostros con expresiones suspendidas, profundas, intensas, dibujadas con pericia y oficio. Los cuerpos son torneados, estilizados, nítidamente plásticos y dinámicos, con cierto aire impenetrables e imperturbables, creados con precisión y virtuosismo. Son visiones que no asustan, no disturban, más que nada invitan a interrogarnos y a explorar el campo del inconsciente, a escapar del condicionamiento, a liberar la fantasía siguiendo las sugerencias evocativas, guiadas por un alma pura dispuesta a llevarnos hacia la propia sensibilidad, sin poner límites, dejando nacer la verdadera poesía del corazón.
Las representaciones enigmáticas se convierten en un espejo que refleja la inteligencia absoluta, que no es un fin en sí misma, pero se convierte en el motor de una búsqueda vital, de una voluntad  trémula que se activa y lleva hacia el conocimiento.
En las obras mediante una fórmula comunicativa enérgica y subliminal se desencadena un procedimiento de tipo alusivo, de simbología escondida y desplazada. El espectador debe mover  ese elemento hierático y mágico, en el escenario de maravillosa fantasía, de cautivante sensualidad, desde la esfera emotiva, que genera un hijo invisible de atracción y magnetismo. Las representaciones resultan delicadas y seductoras, viscerales y apasionadas, carnales y etéreas, equilibradas y cristalinas, marmóreas y vibrantes, históricas y metafísicas.
En la Bienal
El estilo profundiza las raíces en terrenos y contextos de impronta teatral, dominados por una visión coreográfica, con escenarios espectaculares, que juntos una fuerte incidencia cromática, que son fundamento y pilar de la defición estructural de la realidad y que constituyen el “observatorio místico-esotérico” de un trayecto que se desata dentro de la psiquis.
El uso d elos colores viene netamente repartido y subdividido para enfatizar al máximo el tono del lirismo. El rostro, considerado la “sede de aquello que no muere nunca en el cuerpo” está representado con precisión. La Marescalchi sigue un esquema personalizado de símbolos, pasajes y accesos entre emociones y realidades, encadenándose en el interior de un camino interno y espiritual, de intersección entre pensamiento y esencia. Como un moderno Dante, que en la Divina Comedia describe desde espectador-actor sus encuentros con el más allá, así ella narra a través de los colores la esencia del alma, que encuentra lugar en su propio recorrido. 
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ENTREVISTA A UN PINTOR: LILIANA MARESCALCHI
Por Piky Peáez

Trato de imaginar el corazón de Liliana Marescalchi de una forma parecida a la de sus manos cuando untan las telas que más que imágenes parecen música por la melodía que transmiten... Lo pienso desde el día que vi sus obras por primera vez. Manos de artista, sensible y abierta, que guiadas por ese corazón y tomando con los dedos el diestro pincel encajando allí sus sentimientos, tan perfectamente, como en un molde, logra esculpir en telas sus bellas pinturas…
  

Noir: Si decimos: “Inspiración o Estímulo”, tomados como algo provocado por alguien ¿serían vocablos para definir el punto de partida de una de tus obras?
L.M: 
más que por alguien, diría provocado por sueños, ideales, búsqueda incansable de una belleza que repare los dolores del mundo, entonces sí, esa inspiración es siempre el punto de partida de mis obras.
 NOIR: ¿La interacción entre las artes plásticas con la literatura  o la música tienen relación a la hora de crear?
L.M: 
Absolutamente, todo aquello que nos haga vibrar el alma trabaja en armonía a la hora de crear. Por lo menos en mi caso es una total simbiosis, pinto pensando en lo poético y con música clásica de fondo: es un mundo mágico donde todas las artes se entrelazan amorosamente.  
 NOIR: ¿Recuerdas tu primera vez, esa de plasmar, derramar, y expresarte sobre una superficie?
L.M:
Cuando los recuerdos comienzan a asomarse, a los tres años, me veo observando arrobada el vuelo de las aves, sintiendo que podía volar con ellas… Fue allí que comencé a dibujar esos cielos dilatados poblados de pájaros.
Dibujar y pintar, fue sentirme siempre acompañada como por un ángel especial, que me dio permanente alegría. El mejor juego, el deleite mayor.
A los once años comencé a pintar al óleo y ese fue ya por siempre un gran amor.
Mi mirada desde siempre se detuvo en luces y sombras, no podía ver simplemente el paisaje, veía más allá, pintando con el alma. Nacía así.
 NOIR: ¿Los fenómenos  humanos de nuestra historia así como la naturaleza son parte de tus modelos?

L.M:
Amo la historia, como amo escribir, entonces en esa trilogía con la pintura, nacen muchas de mis obras. Por ejemplo escribir un libro sobre la historia de mi pueblo, me llevó siete años de investigación, y no pude pintar en todo ese tiempo, aunque lo intentaba, pero en el momento que puse punto final, nació en el día la obra que fue tapa y que representa toda la historia de nuestra zona. En los meses siguientes, le siguió toda una serie de cuadros que compusieron dos muestras individuales.
Como mi pintura en su mayoría es figurativa (aunque incursiono en lo abstracto) la naturaleza está siempre presente en mis obras, así sea en el cuerpo humano, como en representar a éste en árboles, una hoja de otoño o el mar.  
 NOIR: Hoy, tu hacer y crear, ¿está más cerca de lo onírico, de la vigilia, o de ambos?
L.M:
Diría que es casi puramente onírico. Un maravilloso mundo ideal que nace de un corazón demasiado sensible hacia las cosas terribles del mundo real, entonces los sueños se transforman en una ventana más luminosa y pura.
 NOIR: ¿Consideras que tu obra está caracterizada por lo cultural autóctono o hay algo más, digamos ascético?
L.M:
Digamos que mi obra se ha ido despojando, para quedar con lo esencial de lo que deseo trasmitir y muchas veces es tan sutil que parece sólo apoyada en la belleza. Hasta mis denuncias pierden fuerza ante la imagen idealizada. 
 NOIR: ¿Cómo eliges los colores? Teniendo en cuenta que una misma pintura varía en sus tonalidades, ¿a que lo atribuyes?
L.M:
La variedad de tonalidades da más riqueza, más fuerza y hasta transparencias insospechadas. Los colores me eligen, no yo a ellos… y luego en el transcurso de la obra se van enriqueciendo con diversas tonalidades del mismo color, sin contar la amalgama con otros. Claro que hay una teoría del color por ahí dando vueltas, que ayuda a la hora de querer resaltar algo, o dejar un mensaje más claro. 
 NOIR: Según el Génesis, Dios crea el mundo de la nada. ¿De dónde crea un artista sus obras?
L.M.
De un corazón soñador.
 NOIR: El arte de la pintura, para ti, ¿qué fin tiene?
L.M:
Embellecer a la vida.
 NOIR: Si me permites te haría unas preguntas rápidas; casi de diván, ¿estas de acuerdo con?
 Pregunta1:   ¿Colorearías el corazón en una radiografía?
Rta:  siempre
Pregunta 2: ¿La sutileza de una pantera o la fuerza de un caballo?
Rta:  las dos Pregunta 3: ¿Cómo representarías el amor?
Rta: uniendo todas mis obras
 Pregunta 4:   ¿Y el odio?
Rta:  no pintaría
Pregunta 5: ¿La historia real o irreal, es irreverente con tu pintura?
Rta:  mi pintura es “reverente” con la historia real e irreal.
Pregunta 6:   ¿Quién crees tú que debe dar el primer paso en la complicidad: el artista con el observador, o viceversa?
Rta: los dos de la mano 
 NOIR: ¿Qué dos o tres pintores consagrados actuales o de cualquier época te inspiraron¿ ¿cuáles no…?
Me inspiró la naturaleza. Me gustan todos los pintores, porque ponen su alma en el pincel.
Y finalmente; ¿qué más desearías agregar sobre tu arte?
Rta: Se necesita verdadera pasión para trabajar arduo en el arte, cada día, como un verdadero obrero. Porque con cada cuadro terminado se aprende para el próximo, el tesón debe ser bandera y la búsqueda de la perfección no debe jamás agobiar. El arte debe ser sacerdocio que sólo puede ser conducido por el verdadero amor. Mi lema es jamás darme por vencida ni conformarme con lo aprendido. Hay un Universo por explorar. Además soy agradecida la vida, que me ha enseñado a luchar por los sentimientos y deseos, dándome fortaleza suficiente para ser simplemente una aprendiz más en el mundo.                     
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Liliana Marescalchi. Pasión, el condimento primordial
Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 4 de julio de 2010


PINTURA, LITERATURA E HISTORIA
LILIANA MARESCALCHI  PASIÓN, EL CONDIMENTO PRIMORDIAL

Siempre fue de Las Perdices.

Sus abuelos serían pioneros y fundadores de ese pueblo del sur cordobés. Llegaron cuando no existía nada, y con el esfuerzo que caracterizó a los inmigrantes, dejaron la vida en cada pared que se levantaba, en cada campo que se araba, en cada cosa que se hacía.
Liliana Marescalchi es una apasionada. Así se define. La pintura le fascina, la literatura la hace sentir más plena y la historia le juega a las escondidas y le pide que vaya a descubrirla.
Podríamos decir que en ese triángulo artístico, la pasión se mueve como el agua de una cubeta, que a veces se inclina más para un lado que para el otro y muchas veces se desborda. Cuando la pasión es el norte, el alimento, el camino, la salvación de los días, no hay más límites que los que puede dar el tiempo.
Liliana fue comerciante y hoy por hoy, “la escritora del pueblo”, como la llaman sus coterráneas, se considera una afortunada de poder dedicar su tiempo a estas actividades.
Sus pinturas han sido expuestas en diferentes lugares, sus investigaciones están editadas en el libro sobre la historia de su pueblo “Un paraje llamado Las Perdices” y “Lazos de sangre. Familia Broilo” (que le llevó 10 años de investigación sobre un abuelo venido de Brasil). “Al sur del río Tercero”, un importante libro que abarca la historia de la zona que comprendía el antiguo Salto (cercanías de Río Tercero) a Villa Nueva, aún aguarda editor. En cuanto a sus producciones poéticas fueron publicadas en dos antologías del taller “Peregrinos” al cual asiste hace cuatro años.
La citamos a un café y dialogamos con ella sobre su actividad conjugando estas artes y sobre un descubrimiento literario importantísimo, del que alguna vez dimos difusión en este suplemento.




La imaginamos docente, la gente también. Si bien estudió Historia y Geografía, y algo de Bellas Artes, nos cuenta que no era lo suyo. La pasión que recorría por sus venas no cabía dentro de las paredes de un aula. Era pasión, “todo eso que bullía, todo eso que nacía por dentro”; primero por la pintura, por la escritura de sus sentimientos y luego por el desafío de conocer la historia.
Nos dice pensativa, “la mayor parte de mi vida fue pintar, quizás tendría que haber continuado los estudios para capitalizar y tener un fundamento. Con el hecho de la literatura, escribía lo que sentía, lo que me gustaba, pero no encausado en la poesía porque no tenía las armas, no sabía cual eran las cosas que había que tener en cuenta.” Armas de las que fue haciendo suyas en el taller literario “Peregrinos” que coordina Dolly Pagani y que nuestra entrevistada la define con una sola palabra: “fantástica”.




LA HISTORIA DEL PUEBLO Hay muchos parajes, pueblos y asentamientos que no tienen su historia escrita. Las Perdices no era la excepción. Liliana recordaba algunas historias que le contaba su abuela, las cuales no se encontraban registradas en ningún libro. La inquietud comenzó a cosquillearla, a motivarla, a preguntarse por los orígenes, a ver las genealogías 
y cuando toma conciencia de todo ello va aproximándose a la realidad de aquel entonces. Fue buscando algunas informaciones y documentos y cuando se tomó un respiro, se dio cuenta de que tenía tanto material como para poder organizarlo en un libro. Así fue, siete años de búsqueda, de aprendizaje, no sólo del tema de estudio, sino también de las estrategias y técnicas de investigación; ya que al inicio, no sabía como organizar o estructurar la búsqueda. La historia oral la ayudó a comenzar la investigación y luego siguieron los archivos.
“Amo mi pueblo, y ésta era la forma de devolverle algo, a lo mejor me aboqué a la búsqueda de historias muy viejas que pensé que no interesaban tanto; pero sí que interesaban. Por ejemplo descubrí toda una sociedad colonial muy estructurada que la desconocíamos totalmente, sociedad que era muy rica; no solamente era que llegaron los inmigrantes y comenzó la historia de la zona, viene de antes.” El libro llevó por título “Un paraje llamado Las Perdices” y se vendieron todos los ejemplares en la presentación, a la semana se reimprimió, y hay una tercera edición circulando.


AL SUR DE NUESTRO RÍO En ese tiempo de investigación y de armado de la historia de su pueblo, a Liliana le ocurrió algo extraño; “en los siete años en que preparé el libro no podía pintar, era una cosa rarísima, me ponía pero no podía, ni siquiera dibujar; el día que yo puse punto final al libro me salió la tapa de un tirón. Y de ahí, al año siguiente hice una exposición de 20 cuadros. Indudablemente soy apasionada, por eso pongo la vida en cada cosa que hago, esa es un poco la esencia de mi ser.” 


Junto a la ventana de un café, Liliana pareciera mirarse en el cristal y describirse. Nos cuenta que nunca se va a dormir sin haber hecho muchas cosas en el arte, es su vida. Para el 2002 publicó otro libro y ya estaba trabajando para “Al sur del río tercero”, ya que la zona es históricamente muy rica. Este volumen se le presentó con menos inconvenientes ya que conocía como debía moverse, había cámaras digitales con las que podía fotografiar algunos documentos y llevarse trabajo a su casa y se sentía más cómoda para trabajar.
Liliana, amable y de una sonrisa infaltable, pone sobre la mesa su anhelo. “ojalá que sirva y lo pueda editar... Yo iba viendo que había una historia muy rica, que había un censo, que había habido esclavos y demás; ¡¿pero cómo es que no hay bibliografía?! (se preguntaba), y efectivamente, no existe. Está muy bien investigado la historia en Villa María, la de Río Cuarto; pero en el medio o yendo para el lado de Río Tercero no hay historia, entonces es ese el hueco el que yo traté de completar. Te puedo asegurar que yo busqué todos los manuscritos de gobierno, de escribanía, de Catastro, todos los censos los copié y los digitalicé. Esto no me hacía falta para el libro, pero me gustó y me pareció una información importante. Quiero decirte con esto que no me quedó nada por investigar, es esa tranquilidad la que tengo.”


TIEMPO, PUEBLOS Y ARCHIVOS


Muchas horas invirtió Liliana en la búsqueda de datos. Viajes a Buenos Aires, a Villa Nueva, a Córdoba para revolver, leer y descubrir parte de nuestra historia. Nos cuenta que en el Archivo Histórico de la ciudad de Buenos Aires, no hay mucho material sobre las postas. Hay que ir con mucho tiempo y hurgar en cajas que no se encuentran en muy buenas condiciones. Mientras tanto que en Córdoba, en Catastro la información es más abundante, dice Liliana que “allí tienen toda la historia de las distintas divisiones que tienen las tierras en Córdoba, entonces hablamos de la época en que llega Jerónimo Luis de Cabrera y ya se empiezan a otorgar mercedes; entonces vas sabiendo las determinadas zonas, cómo fueron entregándose esa merced, quiénes fueron los diferentes dueños… en los mismos planos viejos encontrás los diversos caminos de postas, uno piensa en el norte cuando se habla de postas; pero nosotros teníamos, fueron mencionados por distintos viajeros del mundo en diferentes siglos.”
Le consultamos sobre cuáles son los inconvenientes que se tienen a la hora de hacer este tipo de investigaciones y ella, sin dudarlo, nos contesta que “el tiempo y el hecho de no vivir en el lugar apropiado”. Con esto último, nuestra entrevistada hac
e referencia al tiempo en que le insume el hecho de viajar y permanecer en diferentes archivos de distintos lugares para poder ir rastreando documentos que le ayuden al esclarecimiento de la historia. “La gente de los archivos te trata muy bien y te ayudan. El inconveniente, en mi caso, tanto para la pintura como para la escritura, es vivir en un pueblo chiquito. Fijate, ¡¿qué poeta conocés de Las Perdices?! Nosotros estamos allá olvidados, ahí gente que puede hacer trabajos muy buenos, y si no participás en un concurso o algo así, no hay posibilidades…. No tenemos oportunidad. Ni oportunidades de aprendizaje.”
Pero vivir en un pueblo no sólo te limita, por esa razón le consultamos cuáles son las cosas a favor que tiene vivir en Las Perdices; nos responde sonriente, “es fantástico vivir en un pueblo. La vida es así… siempre tenés algo a favor y algo en contra: yo elijo toda la vida Perdices. Habrá que renegar más en el camino, pero mi meta no es trascender, es hacer lo que me gusta y para lo que nací.” Y para lo que nació es el arte, por eso es que no duda en confesarnos “no creo que haya que irse del pueblo para trascender. Está en la valía de cada uno, en la capacidad que tengas, también te contagia los compañeros y amistades, es más fácil crecer en grupo, porque a veces uno está muy solo, cuando encontrás gente afín, aprendés del otro.
Liliana no cambiaría jamás su lugar de residencia. Vivió cuatro años en Buenos Aires y pensó que desfallecía, nos dice sonriente.


PASIONES QUE SE VIVEN

Liliana Marescalchi define sus actividades como una pasión y una forma de vivir, “si me sacás esto no soy yo, indudablemente que le meto toda la pasión. Cuando me pongo a pintar pongo vida y alma, a veces cuando estoy pintando me dicen que ya está terminado, pero le falta, a lo mejor pasa un año y lo sigo retocando.”
En la pintura trabaja con óleo porque es más lento, pero tamb
ién incursionó en el acrílico y ha hecho texturas mixtas… según sus necesidades, lo que tenga a mano o como se le presenten las ideas el día de la creación. Expresa ser perfeccionista en cada cosa que hace, no abandonar sus trabajos hasta quedar satisfechas. “En esto en realidad, terminamos dando las vueltas y nos damos cuenta que lo hacemos para nosotros mismos, es un poco para nuestra alma, nos tiene que conformar a nosotros, si les gusta a los demás es un plus, viene de regalo.”
Además de hacer las cosas para calmar el hambre de nuestra alma, muchas veces este camino se hace más llevadero y productivo si se hace de manera conjunta. En el taller literario “Peregrinos” que coordina Dolly, todos los participantes aportan ideas y sugerencias para mejorar los escritos de los talleristas.
La autora de la historia de su pueblo escribe cuentos, poemas, notas históricas y demás sentimientos en el papel. El taller le ayudó a mejorar su escritura, a ver que una historia verdadera se puede contar como cuento, entre otras cosas. En la actualidad ha culminado un libro que trata sobre los 25 años de los ingenieros agrónomos de la zona y ha sido galardonada en el reciente concurso literario de las Fiestas Mayas de Villa Nueva.


ROBERTO ARLT, HABITANTE DE PERDICES


Una de los puntos que más nos interesó cuando la conocimos
 a Liliana fue el hecho de que nos contara que Roberto Arlt vivió en Las Perdices. No podíamos dejarla ir sin que nos diera los pormenores de este descubrimiento.
Cuenta que “cuando investigaba la historia de Las Perdices, encontraba a algún memorioso, esos de más de 80 años, los consultaba por vivencias de cuando eran chicos y algunos daban vueltas mencionaban a Roberto Arlt. Era mucha casualidad, cuando no eran gente lectora pero sí muy confiable. Era llamativo que mencionaran a una persona que estuvo tan poco tiempo y se fue, entonces debió ser alguien que trascendió. Incluso hubo una viejita que tenía un
a memoria fantástica, que ya falleció, y le consulté por hacerle una entrevista. Ella sola me dijo que había trabajado de los Mancini, yo sabía que ellos eran los parientes de Arlt. Me dijo que era muy chica cuando doña Pepa cocinó al gato. ¡¿Cómo?! Le dije… Ella ni idea tenía de quien era Roberto Arlt. El cuento (se refiere a ‘El gato cocido’) yo lo sabía de memoria y ella me contó todo lo que había pasado. ‘Sí, me dijo, y tenían parientes que sacaron en el diario la noticia’. Y no era una noticia, era el cuento.
Mi tarea era encontrar algo escrito, todo estaba con pinzas, necesitaba la prueba palpable de que Arlt anduvo por Las Perdices. Fue una tarea profunda, totalmente empecinada… Venía a Villa Nueva a buscar en los archivos parroquiales, porque los libros que era de Perdices, están ahí. Calculaba las fechas entre 1922 y 1924, busqué libro por libro y no lo encontré, libros del registro civil, casamientos, defunciones… me los busqué en todos, tenía que ser padrino o algo, algún registro… me decía.
En esa época la Sociedad Italiana era una institución fuerte, busqué todos los libros, debía estar como invitado… no. Me fui a la Sociedad Española, me leí todo y nada. Así fui buscando dos años. Seguí armando mi libro de Perdices y tuve acceso a los libros de ordenanzas, partidas… vos no sabés lo que fue leer, ‘el señor Roberto Arlt solicita permiso para instalar un surtidor de nafta…’ creo que esa alegría la tuve únicamente cuando nació mi hijo.”
Así de esa manera, nos relataba Liliana su hallazgo, trascendente para su pueblo y la literatura toda. Es casi increíble que un genio como lo fue Arlt viviese aquí, a unos cuantos kilómetros de nosotros.
Más adelante Marescalchi publicó su libro, pudo contactarse con la hija de Arlt y se lo envió. Recibió los agradecimientos, hasta el descubrimiento de saber que ella, su hija bebé, había estado en Las Perdices en ese entonces.
“Después de publicado el libro, encontraría a otro señor de 90 años que se acordaba perfecto de Arlt, que ella jugaba con la hija que se llamaba Mirta. Recordaba que el era un loco de la guerra, que un día le rompió todas las macetas a la mujer y cosas así… fue una satisfacción tremenda. Es muy poco el tiempo, pero creo que fue un buen aporte. Ese señor me dijo donde está la casa. ‘El gato cocido’ inmortalizó Las Perdices. Todos los personajes que nombra en el cuento se los puede reconocer fácilmente.”


Así con ese descubrimiento cerramos esta nota. Con una Liliana Marescalchi que no dejó de emocionarse durante toda la entrevista. Una mujer que apuesta a la cultura y que se define apasionada por lo que hace. Y nosotros le creemos, porque la emoción y la pasión pudieron percibirse en esa charla, como el viento que acaricia nuestra piel y que nos hace saber, a cada instante, de que estamos vivos.


REALIDAD 
por Liliana Marescalchi


Temor
Doble cerrojo
Trincheras doloridas
de rejas adentro

Un niño taciturno
espera en la ventana
Cobija en su pecho
una pelota
sin calle.

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ESPECIAL PARA GUATINí

DESDE EL PINCEL A LA DIGITACIÓN DE UN LIBRO. Liliana Marescachi habla de su Arte.
Por Ernesto R. del Valle.
Marisma
La encontré en la Internet, bueno, en Facebook, este lunes de Enero. Vi alguna de sus pinturas, líneas que se deslizan de manera sutil, como desmadejadas por su propio talento hasta formar la figura que se entrevé, plenas de colores calientes o en azul pastel o en sepia.
Es una Artista plástica, pero también escritora e historiadora, nacida en Las Perdices, Córdoba, Argentina. Su trayectoria abre una brecha por la cual el talento y la pasión transitan como un nutriente de referencia para las nuevas generaciones. Tiene publicados los libros “Un paraje llamado Las Perdices”, “Lazos de sangre, familia Broilo” y “Al Sur del río Tercero” además de haber integrado diversas antologías poéticas.
En pintura ha realizado numerosas muestras, obras de su autoría se encuentran en distintos países. Conozcamos a esta mujer en sus diferentes ángulos del Arte. Conversemos con ella y cuente sobre su  vida de artista y su vasta producción. Comencemos pues el diálogo con Liliana Marescachi.
Ernesto R. del Valle.- Estoy ante una artista plástica, escritora, poeta e investigadora, pero además y como aderezo a todo esto, argentina. ¿Cómo puedes vivir con toda esa responsabilidad  sobre tus hombros?
Liliana Marescachi.-  De niña comprendí que veía las cosas de diferente manera, de un color más fuerte, con mayores contrastes. Una gran sensibilidad me hacía vibrar como un diapasón ante manifestaciones, que tal vez para otros era sólo lo cotidiano. Esa forma de sentir, me hizo aprender a ser fuerte y refugiarme primero en los dibujos, luego en la pintura y la poesía. Protegida por sueños, esperanzas y altos ideales, aprendí que mi escudo era el bello fluir de esas pasiones.
Todas acunadas desde la más tierna infancia y el continuarlas, fue algo natural y lógico.
En cuanto mi nacionalidad, se suma el ser italo-argentina, con la fusión de dos culturas totalmente diferentes en un pueblo con un pasado olvidado: el de criollos viviendo diseminados en esta gran “Pampa”, permaneciendo sólo en los apellidos de sus descendientes, y la fuerza de la inmigración, especialmente italiana, que cambió para siempre la idiosincrasia de la zona y país.
Mi sangre y el amor profundo hacia esta tierra me llevaron a las investigaciones históricas de esta zona, en el centro del país.
Develar esos misterios me hizo amar más aún el terruño, pero sin olvidar las raíces. Recuerdo que una vez, haciendo un aporte para una revista del historiador brasilero, Fray Rovílio Costa, sobre inmigración italiana en el sur de Brasil, él me presentó como una “ciudadana del mundo” y creo que la vida fue forjándome así.
Toda una responsabilidad como dices, pero conjugada en perfecta armonía con mi personalidad, entonces, no es un peso, al contrario, es dejar libre a la verdadera esencia del ser. 
 
Obra seleccionada en Venecia

ERdelV.- ¿Cómo recuerdas el pueblito donde naciste?
LM.-Nací en el campo, en plena llanura pampeana, a pocos kilómetros de Las Perdices, en el centro del país. La maravilla de sus horizontes dilatados siempre me fascinaron, como el vuelo de los pájaros. Podía quedarme horas maravillándome con sus alas y sentía que volaba con ellos. Me elevaba en el cielo sorprendiéndome de cómo podían empequeñecerse los campos con la altura… para luego plasmaba en torpes dibujos, con manitas de tres o cuatro años.
Pero además fui una niña un poco intrépida, que amaba montar a caballo, treparme a los árboles y correr como el viento. Al tiempo llegamos a Las Perdices, pueblo encantador de calles anchas, sonrisas a cada paso, donde todos nos conocíamos. Aún quedaban i nonni (abuelos) que mezclaban el italiano con el español, y nosotros los niños, reíamos divertidos de su acento cuando se enojaban y decían “malas palabras”. La fuerte inmigración en la zona, dejó una impronta en nuestra cultura, que influyó, luego, tanto en mí.
Aún vivo en mi pueblo, en el que mis abuelos italianos llegaron cuando sólo era un mapa apenas esbozado en Catastro de la ciudad de Córdoba y nada construido. Roturaron la tierra por primera vez, ayudaron a edificar la primera capilla y perdieron hijos por no haber médicos.  Las historias que de niña me contaban mis abuelos fueron tejiendo ese amor profundo por mis raíces, por la historia, por mi terruño. Sacar a la luz todas estas vivencias, cuando aún no existía nada escrito, fue mi homenaje a cada extranjero que vino a dejar su sudor y sus nostalgias, y también a cada criollo que ya había dejado su sangre y coraje en este suelo. Así nació “Un paraje llamado las Perdices”, mi primer libro.
Lili Muestra individual 1º
Bienal del Dialogo -
Visconti en Brignano Gera dAdda

ERdelV  Eres Acuariana. ¿Te sientes influida por ese signo zodiacal o, toda esa inclinación por las Artes  llegó de tus antecesores? Cuéntame.
LM.- O será de otras vidas? O un destino ya escrito? Una línea que pude dibujar en el tiempo?
Mis antepasados tuvieron que luchar duro para hacer germinar el trigo, pero por ahí hubo un abuelo que a principios del siglo pasado amaba la fotografía. Mi madre me inculcó el amor hacia la lectura, abriéndome un mundo maravilloso con el primer libro de cuentos, también me alentó de siempre, colgando esos primeros dibujitos en toda la casa y a los once años haciéndome el regalo más maravilloso de todos: óleos y pinceles.
Mi padre de joven aprendió a trabajar el cuero con gran habilidad, además de ser el artesano que hizo los juguetes para mi hermano y para mí.
Nada más que no fuera un designio en mi vida, el nacer simplemente así.
Mi signo zodiacal me ha influido en la espiritualidad, el amor hacia la libertad, lo anti convencional,  el pensamiento universal y a soñar un mundo sin fronteras.
 
Lili Premio en Cesenatico
ERdelV ¿Cómo se llevan las tres mujeres que llevas en tu interior? La artista plástica, la escritora y la investigadora? Cómo es Liliana Marescalchi?
LM.-Soy una sola mujer que con fuerza, tenacidad y pasión puedo hacer lo que siento: escribir, investigar y más que nada pintar.
Todo en perfecta armonía, porque son cosas que nacen del alma, y el alma es sólo una. Guiarme así en un mundo caótico, con gran instinto, para sortear las dificultades, aceptando el destino con una filosofía particular que me permite ser feliz y sonreír a la vida en cada nuevo amanecer.

ERdelV  He leído sobre tu último libro Al sur del río Tercero. Te remontas 200 años atrás en su trama pero lo más interesante e esto, Liliana, cómo fuiste paso a paso investigando en los Archivos todo cuanto te sirvió de histórico. Cuéntame de esto.
Premio Participación
muestra  Davos Suiza
LM.-Cuando escribí el primer libro, descubrí con gran sorpresa, que en no había ninguna bibliografía, ningún trabajo investigativo de la historia de esta zona, anterior a la gran inmigración del 1880. Era como si la historia de la zona hubiese nacido sólo con la fundación de los pueblos y más precisamente con la llegada de los extranjeros que se establecieron aquí. Mientras que ya había habido una sociedad perfectamente conformada, desde hacía más de doscientos años, distribuida en las grandes estancias. Teníamos personajes fascinantes como los gauchos, antiguos esclavos e indios.
Eso fue lo que me “atrapó”, saber que allí, en los archivos históricos, dormida, estaba toda, que sólo debía despertarla, y que se alzaría maravillosa, para todos los demás.
Fueron siete años de empeño y dedicación, como ratoncito de biblioteca, ojeando pesados libros manuscritos, descifrando letras antiguas, mapas desteñidos, armando genealogías, sintiendo el aroma de siglos.
Siete años entre las paredes de diversos archivos, pero viendo como en película narraciones de guerras con el “indio”, como llamaban los españoles a los pueblos originarios, cautivas, tanto blancas como indias, servidumbre al amparo del patrón, el cura que venía a las capillas desde distancias que se medían en días y escribía en los libros parroquiales al dorso si eran: pardos, naturales, esclavos o “españoles”.

El paso de fuerzas militares, las requisas de animales, la guerra fratricida… con el agregado gracioso de notas del juez pedáneo quejándose con el señor gobernador de la “falta de respeto” del señor capitán de las milicias. 
Fue muy enriquecedor este trabajo, en el que supe que la tenacidad da sus frutos y cuando al fin pude presentar el libro, di por concluida una gran etapa en mi vida: le di a la historia catorce años de investigación ya que con el primero me llevó igual de tiempo.
Me preguntan cuándo vendrá el otro libro, tal vez el de la esclavitud en la zona, y no sé… porque esos años fueron de mucha entrega, ya que no me permitieron pintar. Cuando el libro quiera nacer me tocará la puerta, como antes y los pinceles dormirán por un tiempo.

                    
ERdelV  La Musa, Liliana, a veces se nos va de vacaciones por largas semanas, a veces meses. Ese tiempo lo utilizamos para leer de verdad, algún libro que tenemos atrasados o para sentarnos en un parque sencillamente para ver pasar la vida y cargar baterías. La Musa es, como dijiste cierta vez, veleidosa. ¿Qué piensas de esto?
LM.-Claro que es veleidosa!!! Pero “si me llega la inspiración, que me encuentre trabajando” nada más cierto y real que estas palabras de Picasso, y que comparto totalmente.
Puedo estar pintando hasta catorce horas en el día, sin descansar sábados ni domingos. Soy consciente que hay que trabajar y trabajar, luego puede venir la inspiración, pero mientras, vamos dejando cosas hechas, al que le faltará sin dudas esa “magia” pero, en el momento en el que al fin aparece la Musa, sólo bastarán dos toques para que se “haga la luz”!! 
Es mi lema, cada día de mi vida debo dejar hecho algo de arte, así sea un boceto, un dibujo, una pincelada, o bien una poesía! Es un granito de arena cada día.
A veces, la inspiración me visita en ocasiones inesperadas, pero casi siempre con el pincel en la mano, y la propia pintura es quien decide cómo va a finalizar, a veces rompiendo todo canon, pero que respeto totalmente.
La “hora de la magia” le llamo.
En ese momento hay total concentración, generalmente es una trasgresión, un color no pensado, un movimiento que no se me había ocurrido nunca, quizás un toque casi imperceptible, pero allí queda dando el real valor a la obra. Entonces sí, ya puedo firmar el cuadro: está terminado.

ERdelV  Hablemos de tu pintura.
Orozco, el mexicano Muralista, alguien que se interesó más por valores internacionales que por los nacionales y retrata la condición humana  de manera apolítica, El alemán Van Gogh, alguien que dijo cierta vez: “Hay dos maneras de pensar sobre la pintura, cómo hacerla y cómo no hacerla: cómo hacerla - con mucho dibujo y poco color; cómo no hacerla - con mucho color y poco dibujo. Y el catalán Salvador Dalí, alguien que nunca se encontró consigo mismo y que  según sus propias confesiones [cito] cada vez que me acerco a él Salvador Dalí se aleja [fin de la cita] fueron mencionados como favoritos por ti... ¿Alguna coincidencia en sus dibujos y los tuyos?
LM.- Creo que uno elige a un autor como preferido desde la óptica de la afinidad.
La genialidad de Orozco reside en la fuerza de su denuncia, en Van Gogh su espiritualidad reflejada en el movimiento de sus obras y Dalí en la perfección de sus dibujos (esto simplificando y mucho para llegar a tu pregunta). Mis cuadros no son de denuncia (me duele demasiado hacerlo) pero pretendo imprimirles fuerza, tienen espiritualidad y movimiento y al fin, no dejo de ser una perfeccionista en el dibujo, entonces sí, hay coincidencia, salvando la gran distancia tras sus obras y las mías, claro está.



ERdelV.-¿Cómo cataloga Liliana su pintura?
LM Suelo decir que pinto para que el mundo no me duela. Sería difícil catalogar mi obra, sólo pinto. Entonces acepto las palabras de la crítica italiana, la profesora Elena Gollini, quien ha definido mi obra como de “Lirismo expresivo”, en la que “emerge predominantemente el deseo de capturar lo imposible, que sobrepasa la apariencia del sentido, esa espasmódica necesidad

de aventurarse en los confines del territorio donde la esencia misma del cuerpo humano asume la semblanza del alma”.

ERdelV.-Próximo libro? Próxima galería?
LM.- Estoy trabajando en un proyecto con un reconocido pintor, escultor y orfebre de Italia, el profesor Giuliano Ottaviani, para tender un puente cultural entre los dos países, que abriría la puerta a muchos artistas argentinos en el mercado europeo.
Lleva tiempo y esfuerzo, pero no dudo que los resultados serán muy beneficiosos para todos.
He regresado hace poco de Italia, donde estuve participando en muestras colectivas en la ciudad de Spoleto y en Venecia, además dejé obras para la primera Bienal de la ciudad de Cesenatico, en la Emilia Romagna, que concluyó hace unos días.
Nuevos libros? No lo sé, hace cinco años que no escribo, si me lo preguntan, puedo decir sonriendo: “escribo poesías pintando”.
Sólo estoy segura que seguiré pintando, porque es aire del que respiro.
 ERdelV.- Gracias querida Lili por tus confesiones en este diálogo.

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Sus jóvenes soledades
cicatrices de un gran olvido
¿son grietas en la ciudad?
¿o equivocaciones prestadas?

El silencio acuchilla
y duerme la noche
para no verlos cruzar la vereda
La cruzan…

Y en la esquina macilenta,
tras las sombras,
los espera agazapado
el arrullo sibilante
de ese polvo blanco. 

Lili

Palabras 


Puentes de cristal 
tejieron nuestras sombras 
en apretada cinta 
y no nos dimos cuenta. 

Con rubor cautivo
y agua en las manos
caminamos silencios hasta el atardecer
¿o eran largos espejos
reflejándonos?

Detuviste el tiempo
con anhelante hechizo

Me miraste con alas
y un revuelo de palabras
¡me hablaron al oído! 

Lili
Serie "Las cuatro estaciones II"
"Invierno II"
óleo sobre tela 130 cm x 97 cm
© Liliana Marescalchi 2014


3 comentarios:

  1. Muchísimas gracias!! qué más decir? que estoy emocionada!!

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  2. Felicitaciones Liliana!
    Agradezco haberte conocido por este medio! SOS UNA MAESTRA!
    TE ADMIRO QUERIDA AMIGA!

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