Hace unas semanas recibí dos libros
de Susana Vaquero. Yo estaba con mucho material atrasado para leer y pensaba
darle una ojeada rápida y dejarlo para más adelante. No pude, en cuanto empecé
la lectura me atrapó y, después del primero, que era una novela, seguí leyendo el
segundo: una selección notable de cuentos.
Entonces decidí hacer esta reseña
de forma de dar una idea acerca de lo que se pueden encontrar si leen a la
Vaquero. En principio es alguien que, yo presiento, se enreda en sus historias
de forma visceral, como que hubiera vivido cada una de ellas. Eso ya promete y
es aún mejor cuando despliega su dominio de la palabra en tal modo que toma por
sorpresa al lector y lo involucra en las tramas más diversas.
Vamos por parte. La novela: “Aromas
de manzanillas”
Quiero aclarar que los argentinos,
como ciudadanos, tenemos temas pendientes con nuestra historia. Por nombrar
algunos: La noche de los lápices, Las Malvinas y sus veteranos, la dictadura,
la vuelta del General y la matanza de Ezeiza… entre otros.
Tapa de "Aromas de Manzanillas" |
Este último es el eje en el que
giran las vidas de tres jóvenes: Julia, José y Luis, unidos por circunstancias
donde juegan ingredientes como: amor, amistad, ideología, con la imperceptible
mano del destino.
Quien haya estado en esa época en
Buenos Aires sentirá erizarse los vellos del cuerpo, se le cerrará la garganta,
mirará para otro lado, apretará los puños, meneará la cabeza, dependiendo de qué lado de la historia
se ubique.
Quien no sepa de estos hechos
tiene ahora la oportunidad de entenderlos desde dentro, con puntos de vista
diferentes y consecuencias disímiles.
El desarrollo de la narración no
tiene desperdicio y sus paisajes cambian de bucólicos a citadinos, de Sudamérica
a Europa con tanta agilidad como la gata de Julia salta por los tejados. Susana
Vaquero tiene una forma elegante y fluida de presentar una herida social en
forma de crónicas personales.
El resto lo descubrirán leyendo “Aromas
de manzanillas”
El segundo libro: “Aquello que subyace”
un abanico de veinticinco relatos, con temas, escenarios, desenlaces,
intenciones y personajes muy diferentes entre sí, coincidiendo en buscar algo. Otra
vez la autora se mete en los zapatos de cada personaje y, desde allí, nos hace
vibrar al son de sus personalidades.
Pensé ver alguna influencia de mis
autores preferidos, empezando por sudamericanos: Benedetti, Cortázar, Borges,
Neruda y tantos otros internacionales, creo que encontré todo eso reunido en un
producto literario muy trabajado, profundizado, sufrido, refinado y único.
Les invito a conocerla y a
conocer su obra.
Le planteé a Susana Vaquero algunos temas y tuvo
la delicadeza de contestarme de esta forma:
¿Por qué y para qué escribes?
¿Para quién?
Bueno,
escribir para mí es una necesidad vital, inevitable; a tal punto que muchas
veces me desvelo por una idea y me levanto a escribirla. Supongo que hay algo
de la angustia del ser que se drena por allí. En primera instancia escribo para
mí, eso hace que me tengo que enamorar del escrito una vez terminado y leído
como si fuera ajeno, que de alguna manera al poner el punto final ya no me
pertenece. Mucho después aparece la pregunta: ¿y si alguien más lo lee? Y
aparece la idea del lector…
¿Con quién vives? ¿Te acepta tu
familia como escritor?
Vivo con
mi familia, que se acomoda más fácil a la tarea de escribir, tal vez porque no
es tan ausente como la de médico. Una de mis hijas es diseñadora gráfica,
autora de la tapa de “Aromas de manzanillas “y quien me ayuda con las ediciones
antes que la editorial, mi otra hija es la fotógrafa y los varones acompañan en
la organización de las presentaciones. Los amigos, que son la familia ampliada
acompañan muchísimo y son los que llamo “lectores testeadores”. Tengo además
una gata y un gato
¿Cuándo decidiste que eras realmente
escritor?
Sería
pedante llamarme escritor, creo que eso solamente lo puede decir el lector. En
general huyo a los rótulos, me incomodan.
¿Qué fue lo primero que recuerdas
haber escrito? ¿A qué edad?
Cuando
tenía 9 o 10 años escribí un cuento, de una niña que tenía en la mano izquierda
un sexto dedo en forma de corazón que latía cuando mentía (una nueva versión de
Pinocho, digamos), se lo conté a una amiguita que muy asustada se lo dijo a mi
madre. Penitencia por una semana. Allí comencé un diario con mis cuentos hasta
que me fui a la universidad. Luego se perdió.
¿Quién te ha influido en tu vida
literaria?
Leo desde
los 4 años, algo que agradezco a mi padre que influyó en que sus 5 hijos
(cuatro varones y yo leyéramos todos los días); a los 6 años me asociaron a una
biblioteca pública, y lo primero que retiré fue literatura rusa. Todos los
libros leídos me dejaron una huella, aunque no piense en alguno en particular …
todos están en mí .El escritor Eduardo Senac, quien corrigió el libro de
cuentos, al pie de cada uno, agregaba “acá hay algo… Poe, Cortázar…”
¿Qué temas son tus preferidos? Y
¿cuáles géneros has incursionado?
Prefiero
delinear personajes con situaciones de vidas difíciles, dolorosas, complejas;
de amores contrariados, de inocencias perdidas. Todo el abanico está en la vida
real, aunque las escriba como ficción.
Escribí
poemas, (no muy buenos) pero me siento más cómoda en la narrativa, ya sea como
novela o cuentos.
¿Tienes hábitos para llamar a tus
musas, inspirarte, alguna rutina? Además del jazz y la noche.
Tengo
ciertas “manías”, uso una bata de cama, bastante desastrosa; que la familia ya no
me requiera; café bien caliente o una copa de malbec de una bodega de La Pampa
y el celular en silencio.
¿Qué es lo próximo que te gustaría escribir?
Hace
bastante que estoy escribiendo una novela, “Marsolo” (espero darle fin en el
verano); y con ganas de un proyecto (“Mujer frente a…) para realizar en conjunto con artistas
plásticos.
¿Te sentiste diferente, bien, o
cómo, después de publicar por primera vez?
Cuando
publiqué la novela, pasé por cuanta emoción encontré en mi camino: miedo a la
exposición, ansiedad si habría lectores y alivio, mucho alivio … escribirla me
llevó varios años y guardada, sin mostrarla, otros tantos
¿Qué le dirías a alguien que
quiere publicar su primer libro?
Creo que,
si alguien quiere publicar debe confiar en lo que escribe, corregir y corregir mucho
(o darla a corregir) y animarse. La vida es eso: Animarse.
Como
cierre quisiera agradecer la oportunidad que das a los escritores
independientes a mostrar sus trabajos, ayudando a la difusión que es tan
difícil. Muchas gracias.
FRAGMENTOS LITERARIOS
(elegidos por su autora):
No, no basta. El avión sigue sobrevolando: la
muchedumbre, las balas y la sangre; su sangre cubriéndola,
el dolor interminable en el muslo derecho y ese
cuerpo fragmentado como los fragmentos de banderas y
pancartas que caen a su lado, la alejan de ese otro cuerpo
fragmentado que se llama José Sambosco.
( Extraído del cap. Fantasmas, carta y gata, del libro "Aromas de manzanillas")
Dolía. El pecho dolía como si hubiesen estallado los huesos y el corazón escapase al cuello dándole a la vena más fuerza para latir y asomarla entre mi piel gruesa y arrugada. Dolía la garganta seca y sin gemidos. Dolía, y eso que solamente me tocó el esternón con la punta afilada de su uña roja, del dedo índice de la mano derecha.
( Extraído del cuento Clandestino , libro Aquello que subyace)
Mujer frente a...( almuerzo dominical)
Los lugares establecidos en la mesa familiar aún se mantienen y con las mismas sillas de esterillas.
Aunque la mía parece más baja, desbalance del tiempo inexorable.
Las voces agudas y graves se superponen en otras historias, que no son ya las infantiles ni yo la única narradora.
El olor de la comida… ah… ese olor que me pertenece.
Será legado y será recuerdo.
(Texto del proyecto “Mujer frente a …”)
BIOGRAFÍA:
Susana E Vaquero (1954) nace por
tradición en la cama de su abuela en Fco. Madero (Bs As), pero se cría en General
Pico (La Pampa). Enamorada de sus atardeceres de llanura, la adopta como su
patria chica. Terminado sus estudios secundarios se traslada a La Plata para
estudiar medicina. Actualmente vive allí, donde ejerce como Psiquiatra (durante
años fue jefa de sala y de Psiquiatría de Enlace del Hospital Neuropsiquiatrico
“A Korn”; actualmente en su consultorio privado.
Escribe
ficción desde muy pequeña; luego poesías en noches interminables de guardias
médicas y recién en el 2014, se decide a
publicar. Ama escribir a la noche,
acompañada por jazz (Chet Baker) y corrige con la música Manish Vyas o Piazzolla.
Ha
realizado cursos de guión cinematográfico y de dramaturgia.
En
el 2014 publica “Aromas de manzanillas” que se re-edita en el 2015 y en el 2016
presenta un libro de cuentos “Aquello que subyace”.
”Aromas de manzanillas” (Ed. Vuelta a Casa 2014 , re-edición 2015) |
COMENTARIOS:
Dice,
del libro, Alicia Paroni (psicoanalista
y escritora) Borges decía: “Publico
para dejar de corregir”. Pero eso mismo que trae alivio, trae incertidumbre,
porque una vez que es un objeto tiene cuerpo, puede llegar y debe llegar al
lector, que completará esa escritura .Por otro lado es un gran honor por la
calidad de la escritura que encontré en Aromas de manzanillas, Yo quiero
leerles el principio, el primer párrafo, para que compartamos la frase que nos
atrae hacia adentro .La primera oración
es muchas veces lo que define que uno va a seguir leyendo ó no. La voy a leer: Habla en francés, piensa en francés,
sonríe en francés como si hubiera estado en ese lugar desde el mismo día de su nacimiento. Eso sí, cuando intentó
volver a enamorarse, el mítico “dialecto argentino” se le entreveró en una
caricia y no pudo. Fracasó y decidió quedarse soltera hasta el fin de sus días.
Nos cuenta el final, y sin embargo nos atrapó para no poder levantarnos de
la silla un largo rato. En un párrafo deja planteada la cuestión femenina; el fracaso;
el lenguaje...No sé como hizo... Pero hace más de estas cosas….!
Una que a mí me pareció muy interesante
además de su lenguaje limpio, coloquial y una historia realmente
atrapante no sólo por el hecho histórico que la contiene sino por su
perspectiva desde donde se la cuenta;
decía que me pareció muy interesante el uso del paréntesis : (Téngase en consideración que ese don
tendría que ser en castellano porque así estaba escrita); (por ejemplo léase:
aquí médicos abogados comerciante como
sus padres) ;( no consta que alguien
hubiera viajado a Inglaterra). El paréntesis, que por lo general es una
forma agresiva en la escritura, porque irrumpe, corta, acá aparece como lugares
por donde el texto respira, por donde la tensión se relaja, creando una
escritura paralela de modo tal que uno como lector espera el paréntesis , donde
aparece la voz irónica, reflexiva , verídica . Y no sigo para no entusiasmarme
y contarle el final .Gracias por estar y disfruten Aromas de
manzanillas.
manzanillas.
Dice Eduardo Senac (escritor y periodista, en
el Lobo Estepario, diario cultural digital): La narrativa de
Susana Vaquero es fluida, tiene buena respiración y combina la acción con la
descripción en proporciones equilibradas, otra sorpresa teniendo en cuenta que
es su ópera prima. Las líneas de tiempo están bien marcadas y no hay lugar a la
confusión, toda una dificultad a sortear cuando hay anacronismos. Quizás puede
marcarse como un error que los tres personajes, a su turno, nos hablan en
primera persona, y el tono confesional y la sintaxis individual no varían entre
relato y relato, salvo por las circunstancias sentimos que es siempre la misma
voz la que nos habla, aquello que tan bien nos enseñara William Faulkner en “El
ruido y la furia”, cuando varios personajes cuentan el mismo hecho con
lenguajes muy distintos entre sí.
La última sorpresa que guarda este libro es que el notorio placer por narrar de Susana se transmite a sus lectores como un puente tangible, fácil de cruzar. Este tipo de cosas sólo sucede cuando un escritor sabe muy bien lo que está haciendo, y con su mano tutelar, inteligente y disimulada, nos acompaña hasta el fin.
La última sorpresa que guarda este libro es que el notorio placer por narrar de Susana se transmite a sus lectores como un puente tangible, fácil de cruzar. Este tipo de cosas sólo sucede cuando un escritor sabe muy bien lo que está haciendo, y con su mano tutelar, inteligente y disimulada, nos acompaña hasta el fin.
“Aquello que
subyace”, (Ed.
Malisia, 2016) son veinticinco
cuentos, escritos en distintos
lugares donde la autora encontró la imagen; luego las palabras se fueron encadenando como
vagones de tren que dejan a su paso, aquello que el lector recoge para
completar a cada historia.
Dice Estela
Filippini (profesora de letras y escritora):“Buscar es una línea
infinita, recta, o curva, o sinuosa, o hiperbólica o de puntos suspensivos que
dura toda la vida y más allá de la vida misma; encontrar es un punto final, el acabose”, dice uno de los
personajes de la escritora pampeana Susana Vaquero, y quizás en esa
sentencia se condense la trama de los cuentos de esta colección.
Los veinticinco relatos que componen esta segunda obra de la autora, "Aquello que subyace” ,podrían ser leídos como uno solo, pues cada uno de ellos es un viaje fantasmagórico en busca de algún Santo Grial inexistente, que transcurre entre aeropuertos, ciudades, continentes dispares, aviones, barcos, trenes, cuartos de hotel. Lo autobiográfico, las historias de los otros, los relatos inciertos del pasado y del futuro, la polifonía y el fluir de la conciencia guían el recorrido por el territorio extraño del deseo. Y aunque no dejan de añorar el cáliz imposible, anclan en una única certeza: la perplejidad interminable que, como la vida, siempre nos depara la literatura.
Los veinticinco relatos que componen esta segunda obra de la autora, "Aquello que subyace” ,podrían ser leídos como uno solo, pues cada uno de ellos es un viaje fantasmagórico en busca de algún Santo Grial inexistente, que transcurre entre aeropuertos, ciudades, continentes dispares, aviones, barcos, trenes, cuartos de hotel. Lo autobiográfico, las historias de los otros, los relatos inciertos del pasado y del futuro, la polifonía y el fluir de la conciencia guían el recorrido por el territorio extraño del deseo. Y aunque no dejan de añorar el cáliz imposible, anclan en una única certeza: la perplejidad interminable que, como la vida, siempre nos depara la literatura.
Dice Soledad
Castellano (escritora y periodista):
Es una narrativa que los
hará volar con la imaginación a distintos
escenarios, lugares, situaciones donde “Aquello que subyace” será siempre una
bella provocación y evocación a la sorpresa. Con una contextualización
histórica, con un paseo por las subjetividades de los distintos personajes, con
historias comunes que podemos hacer propias, con un relato que emplea un lenguaje
cercano y empático, es un libro que conglomera las distintas miradas de los
actores de sus cuentos. Y, también, la propia.