jueves, 1 de septiembre de 2016

ALVARO TEVO DÍAZ - DIRECTOR/ PRODUCTOR EJECUTIVO - Chileno

TEVO DÍAZ llegó un dia, allá por el 2007 si mi memoria no falla, a la instalación de LAIA, que en ese momento era un sótano muy grande y con ínfulas de escenario para todos los talentos que no eran famosos aun.

De maneras suaves y tierna sonrisa, fue presentado por un amigo y allí programamos la presentación de su película en un cine improvisado.

Lo que yo no sabía eran dos cosas:
1ro. que arrastraría toda la comunidad de chilenos y LAIA albergaría su máxima cantidad de audiencia. (algunos debieron sentarse en el suelo)
2do. que su película, "Señales de ruta" sería tan interesante, animada, bien documentada, original en su tema y en la forma de presentarlo como bien recibida por todos los presentes.

Fue una de esas noches especiales en que la comunidad hispana de New York se sintió unida y orgullosa de tener un exponente talentoso como Tevo, una noche en que la cultura y el arte hizo brillar los ojos de los inmigrantes allí reunidos y nos hizo sentir una familia, una vez más.  Realmente me alegro de poder agradecerle y felicitarlo por este medio: Muchas gracias Tevo.

                                                                                             Mónica Ivulich 

Biografía: 
ALVARO TEVO DÍAZ
DIRECTOR/ PRODUCTOR EJECUTIVO

Director, director de fotografía y productor ejecutivo, Alvaro “Tevo Díaz” es Comunicador Audiovisual titulado en ARCOS en 1995.

En 1998 emigra a Estados Unidos donde adquiere una gran experiencia en el ámbito de la iluminación y la dirección fotografía, trabajando en películas de estudio y cine independiente.

En el año 2000 estrena su premiado documental “Señales de Ruta” en Chile y USA, ganador de varios festivales de cine nacionales e internacionales.
El 2009 retorna a Chile creando en Viña del Mar la empresa Trebol 3 producciones, adquiriendo experiencia como productor ejecutivo y director.
El 2010 dirige la fotografía del largometraje “Baby Shower” y el 2012 fotografía la película “La Pasión de Miguelangelo”.

Ese mismo año produce y dirige el documental “Pena de Muerte”, ganador de varios festivales…
El 2015 dirige y produce la serie documental histórica “Naufragios”, ganadora del premio a la excelencia televisiva CNTV.
Actualmente reside en Viña del Mar, trabajando como director, productor ejecutivo y director de fotografía.

“Señales de ruta”:
Fantasma Martínez
Por Pablo Molina Guerrero.
“En la escritura, no se trata de la manifestación o de la exaltación del gesto de escribir; no se trata de la sujeción de un sujeto a un lenguaje: se trata de la apertura de un espacio en donde el sujeto que escribe no deja de desaparecer.”
Michel Foucault
Todo documental que busca retratar a un personaje del cual no se ven imágenes de su persona pública o privada, genera inmediatamente la idea de una invención, de un falso documental. Existe, entonces, el beneficio de la duda, aunque éste no es el caso, ¿o sí?


Hasta entonces, no había visto nada parecido en el cine chileno. Fue una obra que me voló la cabeza. El punto de partida es simple, un retrato a la obra, a la figura desdibujada, casi anónima, auto-tachada del poeta Juan Luis Martínez, pero su ejecución toma prestados elementos similares a los de la obra literaria del escritor, una serie de elementos de distanciamiento, de juego con la realidad, con la verdad, al menos como se entienden normalmente estos conceptos, generando una obra que pasa a ser un doble, undoppelgänger de la obra literaria de Martínez.
Sin duda, en parte mi sorpresa y admiración inicial con este documental fue por conocer la figura de este poeta del que no había escuchado casi nada, con suerte de su nombre. La ejecución de Díaz, por otra parte, hace aún más interesante la figura de Martínez, lo convierte en algo así como un mito, una leyenda urbana, un nombre escuchado sólo por algunos y de paso convirtió a su propio documental también, en obra de culto.
La figura fantasmal de Martínez en el documental -los libros, su voz, su hija- enriquece y mitifica el relato, en parte porque el escritor ya había fallecido en 1993 por lo que existe una ausencia corporal obvia, pero además de eso, no existen imágenes de ningún tipo del “Loco Martínez”. Díaz opta por hacer hablar a los otros, entre ellos, Armando Uribe, Miguel Serrano y Volodia Teitelboim, figuras importantes de la literatura chilena que respetan el trabajo artístico de Martínez. Es entonces, que Martínez se convierte en un espejo, refleja a los otros que hablan de él, revela sus puntos de vista, mientras merodea como un fantasma, intangible, impenetrable.
Más de alguna vez, medio en broma, medio en serio, con un amigo comentábamos la intención de recrear “La nueva novela” de Juan Luis Martínez y hacerla pasar por auto-editada por él, con la finalidad de no sólo compartir la obra a nuevas generaciones –de por sí, la nuestra- y claro, también, la de generar ingresos a nuestros tristes bolsillos, además de utilizar el mismo gesto apropiador de Martínez en su obra. Más allá de palabreos nocturnos no pasó, que quede constancia.
Volviendo adonde estábamos, “Señales de ruta” es un documental introductorio a la obra de Juan Luis Martínez, pero no de una forma normal, estándar, sino que es una obra completamente única, es como si fuera una versión del gesto del poeta en otro formato. Incluso podríamos ir un paso más allá y tachar el nombre de Tevo Díaz, y escribir el de Juan Luis Martínez, ya que Díaz hizo un gran trabajo apropiándose del lenguaje del escritor y extrapolándolo al filme. “Señales de ruta” es lo que hubiera pasado si Martínez hubiera incursionado en cine, hablando de sí mismo a través de los otros.
Una de esas escenas que es imposible olvidar, es cuando se escucha la lectura de “La desaparición de una familia” mientras vemos un living en plano fijo, donde una niña, un niño, un gato (o dos), un perro y un padre realizan diversas acciones. Todos ellos fueron registrados por separado y unidos por el montaje, mediante persistencia retiniana en la misma escena. Cada uno de ellos, a medida que avanza el poema van desapareciendo-perdiéndose hasta dejar el espacio completamente vacío, ya que “nunca hubo ruta ni señal alguna” y de esa vida al fin, perdieron “toda esperanza”.
Un dato aparte y cinéfilo es la participación de Will More, una de las figuras que oficia de narrador en el documental. Actor de culto que personifica a Pedro en la clásica “Arrebato” (1979) de Iván Zulueta, un personaje que se va diluyendo como cuerpo, como persona en aquella película. En “Señales de ruta”, Will More es una voz más, una voz sin cuerpo, una voz fantasmal que habla de otro personaje fantasmal, sin presencia, que el documental ha decidido llamar Juan Luis Martínez, en fin, una historia de sombras y espectros.

Selección de publicaciones sobre Señales de Ruta
(Copie y pegue para ver)

http://www.valpovisual.cl/2016/07/senales-de-ruta-fantasma-martinez/

http://revista.escaner.cl/node/1333

http://letras.s5.com/fpob150714.html

http://www.razacomica.cl/sitio/2016/06/24/nada-es-real-todo-es-real/

https://trans.revues.org/1165

http://www.elpaseodigital.cl/nostalgias.pdf


Selección de publicaciones sobre Pena de Muerte

http://www.tell.cl/magazine/9028/vinadelmar/mayo/2013/entrevistas/la-historia-de-un-realizador.html

http://fuenteovejuna2011.blogspot.cl/2013/10/arte-cultura-ycine.html

http://www.chiledoc.cl/?p=9451

http://www.latercera.com/noticia/cultura/2013/10/1453-549063-9-se-estrena-pena-de-muerte-el-documental-que-revive-el-caso-de-los-sicopatas-de.shtml

http://www.caaci.int/noticias/el-chileno-tevo-diaz-estrena-el-documental-pena-de-muerte

http://www.lanacion.cl/tevo-diaz-exorciza-el-terror-de-los-psicopatas-de-vina-en-documental/noticias/2013-11-15/151421.html

http://www.adnradio.cl/noticias/sociedad/director-de-documental-sobre-psicopatas-de-vina-del-mar-no-sabemos-quienes-son-todos-los-culpables/20131125/nota/2024125.aspx

http://nefasto.cl/los-psicopatas-de-vina-y-la-pista-gubler/

http://mundo.sputniknews.com/spanish_ruvr_ru/2012_11_25/Festival-de-Cine-Chile-pelicula/

http://www.emol.com/noticias/magazine/2012/11/25/571379/pelicula-chilena-pena-de-muerte-gana-el-paoa-en-el-festival-de-cine-de-vina-del-mar.html

http://www.elmostrador.cl/cultura/2013/11/07/el-escalofriante-caso-de-los-psicopatas-de-vina-del-mar/

CONSUELO JIMÉNEZ, de Matemáticas a la POESíA. De Barcelona, España.

MANOTEO

A veces soy miedo.
Me paralizo en la orilla del viento.
Mi mirada recorre el subsuelo de raíces tóxicas.
Paseo entre los fantasmas de mi alcantarilla.
Respiro aire viciado de entrañas podridas.
Manoteo.
Me abro camino.
Hay lagañas de ojos tiranos.
Subo lenguas carcomidas.
Ellas lamen metáforas ácidas.
Leo metralla de ego pobre.
Imbécil vanidad.
Destapo palabras clandestinas.
Manoteo.
A veces creo encontrarme entre mariposas rotas.
De vuelo bajo.
De viejo porte.
Y me digo, vete.
Verso traidor inocente amor.
Vete, vete, vete.
Voltea.
Miro al techo.
La luz es ciega.
La puerta se abre.
Entonces, entra ella, la Poesía.
Nace mi libertad.

CONSUELO JIMENEZ

Conocí a Consuelo en Barcelona (donde vive), 
una persona dulce, silenciosa


que se ilumina cuando sonríe.
Coincidimos en algunas ocasiones, una de ellas leyendo nuestros trabajos en “1000 poetas por el cambio” y allí descubrí a la poeta.
Al leer sus versos, estos le cubren el rostro -que trasunta timidez- de una pátina gloriosa y armónica.

Y un día, no hace mucho, su libro llegó a mis manos y vibró en ellas.
Al abrirlo sentí como si un misterio se develara, es que Consuelo no sólo vuelca su sentir en cada estrofa, ella habla de algo que toca nuestra propia naturaleza. Nos habla de sus visceras a nuestras visceras.

Me llamó mi atención que en sus poemas hay una palabra que se repite: NADA. A veces me pregunto si se refiere a la “nada” de Sartre, si es surrealista… si ese vacío existencial que los escritores rellenamos de palabras es una maldición o una simple forma de ser… o es un espacio por donde solemos caer a nuestro propio abismo.

...
"Esta manía mía de escribir
¿a dónde me lleva?
A mí, a mí. 
No es fácil morir
Nada fácil. 
...
Sentirse nada
Nadie
....

Como sea, Consuelo Jiménez sabe rellenar esa nada de una belleza propia y de una Verdad humana con un estilo muy original y particular.

SENTIRME

La oscuridad flor de pétalos abiertos al verso
recorre el perfil de una sombra iluminada.
Empecinada en ser párpado clavado
en el abismo perdido de un mundo
de estrellas sin cielo.
Derramo silencio.
Cierro los ojos.
Borro el mandato de lo correcto.
Templo el momento en el arrullo
de nanas sin otros.
Convulsiono sola por dentro.
Sentirme.
Olvidarme de pasos
que resuenan a cuchillo
cortando el suspiro,
y recibirme con amor.
Luego ya, subir la persiana.
Ser luz en la oscuridad.
Una misma cosa.
C.J.

  

 Le hice algunas preguntas y sus respuestas son de esa sinceridad profunda escritas con la sencillez de quien habla desde el corazón. Por lo tanto, callo y doy lugar a sus palabras:





CONSUELO

Creo haberme tendido al sol,
rodeada de voces taladrando el silencio.
Rompiendo una lanza en favor del día.
Me dije:
Consuelo, insiste en la luz.
Tu ceguera despertará en la noche.
Ahora descansa.
Y tus ojos,
trazos morunos, de intenso negror,
deberán dormir en la profundidad de un sueño lunar.
Cascabeles de alegre son atravesaran la tormenta.
Y en tu sendero,
el reflejo de un nombre,
la vida.
C. J.


Dice nuestra poeta de hoy:
Desde siempre he sentido la necesidad de expresar por escrito todo aquello que permanecía atrapado en mi silencio. A veces la palabra no venía y abstraída ante la hoja en blanco, garabateaba, dibujaba una y otra vez las mismas imágenes, pájaros de perfiles rectilíneos unidos en vértices, sobresaliendo la redondez de cabezas pequeñas cuyo ojo era el único punto de referencia.

Ahora cuando escribo un poema siento las mismas sensaciones que en aquel entonces cuando garabateaba.
Pero hay una diferencia, mientras escribo Poesía interactúo con las cosas, siento su presencia, me alcanzan los movimientos, los ritmos, los colores, me pierdo y me encuentro en la luz, en las sombras, en las voces, en el silencio. La lejanía del universo, y su misterio parece dejarse atrapar entre versos. No busco verdad, ni mentira, no me paraliza la duda, el miedo afloja su soga, camino, continuo, vivo.
Escribir mis pensamientos, emociones, es una forma de leerme por dentro, y al mismo tiempo de destaparme, mostrarme, volar sin alas, ser alma inquieta, viva, ser libre.

No me olvido de mencionar, aquel viejo diario que escribí en la adolescencia, asegurándome de que nadie lo pudiese leer, mi extrema timidez no lo permitía, tal vez por ello siempre fui rebelde y contestaría en el seno familiar.
Pasaban los años y mis estudios no se inclinaban hacia las letras, me entusiasmaban las Matemáticas, eran totalidad, cosmos, entre ellas podía pasarme horas enteras hasta perder la noción del tiempo, ahora eso mismo me sucede con la Poesía.

Durante los años de estudios mis lecturas en relación a la literatura, se ciñeron estrictamente a las pautadas en los cursos escolares, no sentía ninguna inclinación especial hacía las letras.
En este sentido todo ha cambiado, las Matemáticas se han convertido en Poesía.
Me gusta ese mundo poético siempre abierto, inacabado, incompleto, infinito, inalcanzable, lleno de belleza y libertad.
Mi primer poemario “La huella de tu olvido” lo escribí entre los años 2012 y 2013 y fue publicado en el 2014, nacía como un acto de entrega y amor enlazado o desencadenado a consecuencia del Alzheimer, enfermdad que desde hace diez años padece mi madre.
“La huella de tu olvido”, representa mi nacimiento poético, es un libro con cierto matiz de inocencia, limpio, sano, mi “niño chico”, mi debilidad.
En este año en curso, ha nacido mi segundo poemario “Palabra duende sin final” con el que sin duda me declaro y me siento poeta no  por  leer y escribir versos, sino porque la Poesía ya forma parte de mí, sin ella no sé si soy, ella es mi ser y mi estar.

Lo próximo que me gustaría escribir, es un libro de relatos brevísimos, que con poco se dice mucho, como en la Poesía.
También me gustaría escribir un poemario construido desde la calma, pausado, lento, donde las palabras descubran imágenes nuevas con las que soñar y despertar.
Por último, decirle a todo aquel que quiera escribir versos que cuando se siente la Poesía, sabiendo o no sabiendo que es Poesía, no hay que cerrarle jamás la puerta, ella entra sin avisar y se queda.


MASCULLANDO

Hay en el latido,
un rubor a rocío.
A pétalo abierto.
A flor encendida.
A manos ardientes.
A cuerpos trenzados.
A sexo húmedo.
A gemido.
A amantes.
A deseo
A versos libres.
A palabra.
Palabra.
Placer de largo vuelo.




FÉRREA

Se secó mi alma.
¡Qué se la lleve el diablo!
¡Qué me la devuelva insana!
Envenenada.
Doblada
y con sabor a infiel.


BIOGRAFÍA BREVE:

Consuelo Jiménez Martín (Barcelona 1961). Cursó estudios de magisterio.
En el 2014 publica su primer poemario “La Huella de tu Olvido” creación vinculada a la enfermedad del Alzheimer.
En el 2016 publica su segundo poemario “Palabra duende sin final”.
Ha participado y colaborado en la publicación de La Antología Poética “Sueños Compartidos” de la asociación de Poetas de Cornella.
Colabora en las revistas poéticas digitales “Azahar” de España y “Gealittera” de Argentina.
En el 2015 participó en el Certamen del V Festival “Grito de Mujer” celebrado en Jerez de la Frontera.
En el mismo año participa en el recital internacional “100 mil poetas por el cambio”.

Poeta de claras influencias de poetas como Alejandra Pizarnik, Consuelo crea poemas de verso breve, de lectura ágil, casi entrecortada (ritmo que indica a veces el desasosiego del yo poético). Siempre nos presenta el poema con ciertos matices al claroscuro, con la pregunta incesante como motor del poema, con la duda que acecha, con la incertidumbre existencial que la persigue, que casi la acorrala, pero el ánimo infatigable de la autora nos presenta y se ofrece a sí misma un punto de fuga. El lector es invitado a la reflexión, a convivir consigo mismo, en soledad; elemento fundamental en la poesía de Consuelo, conjuntamente con los anhelos de ser comprendida, de entenderse a sí misma, y de crear un puente con los demás y el mundo exterior. No es una poesía complaciente ni ligera, es por el contrario una poesía que bucea más allá de lo aparente, que se adentra por los intrincados laberintos del subconsciente. Poesía en definitiva para lectores atrevidos y arriesgados, que no se conforman con la verdad manida ni con los lugares comunes. Poesía sin más artificio que la verdad desnuda del ser consigo mismo y del ser frente a su destino.
Francisco Serrano Rodríguez

LOS POETAS

¿De qué cielo hablan los poetas?
¿Qué vanidad arrastran?
¿Qué sentido tiene su pálpito?
Ellos son párpados erizados
entre delirios y sueños.
Sus ojos se abren a desvelos.
Se cierran al tiempo.
Lo congelan con sus versos.
Pero, ¿de qué hablan los poetas?
¿Quiénes son ellos?
¿Callan lo que aman?
¿Odian lo que callan?
¿De qué claridad, sombra y luz escriben?
¿Es el amor lo que les mueve?
¿O esa libertad de creerse libres?
Eternos divinos,
vestidos de envolventes palabras
y sutiles metáforas.
¿Cuál es la realidad del poeta?
Solo hay una.
Su verdad y su mentira.
Ahora es de cortesía.
Aquí, por vez primera.
Declararme poeta.


PRÓLOGO

No hace mucho tiempo leí al comienzo de un libro unas palabras del poeta granadino Rafael Guillén (generación de los 50) que dice: “Bien sabido es que las palabras son las andaderas del pensamiento y que necesitamos apoyarnos en ellas para desplazarnos por
dentro de las ideas y para recorrer los pasillos, con frecuencia angostos y mal pavimentados, que conducen de una idea a la otra”.
Las palabras que invitan a leer la poesía de Consuelo Jiménez Martín no sólo es la idea la que conduce los versos. Lo más grande de esta poeta es que desnuda su alma en todos sus escritos. Ella misma comenta que sus versos “son como el vuelo del viento que va y viene”. Y estos al levantar las alas anuncian: “CALLA…QUE HABLEN LOS VERSOS”. Regalándonos así el sentir de todas las emociones que brotan en su piel sin dejar ninguna encerrada en la caja de su corazón. Porque esta mujer es en sí misma pasión y vida. Esa vida que abraza sus poemas y nos habla de la muerte, del miedo, del dolor, del amor y de la pasión. Y ahí está para hacérnoslos vivir y estremecernos. Sin palabrería con claridad de ideas, franca y sincera. Pero si leemos con detenimiento su poesía descubrimos ese cierto grado de misterio que rodea algunos poetas y nos deja al lector entrar en su obra con deleite, buscando más allá de las palabras escritas. Y por consiguiente percibir e imaginar lo que su poesía esconde o nos descubre.

En su poema “ES POESÍA LA VIDA”. Encontramos a la autora caminando entre la vida y la palabra. Lo que realmente hace es liberarse para crear sin barrera alguna. Con el alma en silencio y la voz en el gesto.
“Al caminar sólo una voz
penetrando en la espesa
capa de la imaginación,
la del viento.
Y en el suelo, la bruma.
Púrpura del sol luce al paso.
Piso las hojas.
Me acompañan sus huellas.
Es poesía la vida.
Escribo.”

Le preguntaron en una entrevista de radio que a qué edad escribió su primer poema, ella respondió que posiblemente sería: “cuando empecé a garabatear figuras sin formas determinadas perfilando aquellas imágenes sobrepuestas con un bolígrafo azul.  Si eso se considera escribir. Entonces esas fueron mis primeras palabras”.
En su poema “SUCEDIÓ”, vuelve a garabatear sintiéndose fiel a la palabra. Recordándonos que siempre es la palabra la que le quita el sueño y la enamora. Por esos desvelos nocturnos fluye su luz, y consigue así alcanzar la esencia personal que tienen sus poemas.

“La palabra parece eco en el vacío.
Sé que está.
Volví a garabatear la voz.
Ella se paraliza justo en mi frente.”
De aquellas primeras imágenes digámoslo así, ha pasado algún tiempo y en estos momentos Consuelo Jiménez es una poeta que día a día va creciendo.  Porque sólo ella sabe dar belleza a la palabra con esa forma tan personal y única de hacer poesía. Es una puerta abierta al Universo Creativo donde sus versos son un torrente de sentimientos compartidos. Y todos los que la conocemos sabemos de su gran energía vital y pasión al escribir. Es poeta del hoy de las que se arriesgan a vivir el presente. Todo lo que su retina fotografía y no pierde de vista lo lleva paso a paso a la palabra sin filtros, con madurez, con tenacidad, con valentía, o simplemente con una gran ternura.
En este su segundo poemario “PALABRA DUENDE SIN FINAL”. Da un giro de trescientos sesenta grados. Se nos presenta con una poesía de mayor riqueza en palabras, contenido y con mayor libertad de expresión, creación y comunicación. En su primer libro editado con el nombre de “LA HUELLA DEL OLVIDO”, Dedicado íntegramente a su madre y a la terrible enfermedad que padece ALZHEIMER. Aquí sus poemas son herméticos, cerrados, pero nos da la ocasión de leer sus preguntas y respuesta a emociones encontradas entre el amor de ella y el no recuerdo progresivo de su progenitora.
Seguimos sumergidos en la lectura de “PALABRA DUENDE SIN FINAL”, para poder rendirnos como lo hemos hecho anteriormente con su léxico tan propio y esencial como su fuerza.
En su poema “SENTIRME”. Encontramos a la poeta desnudando su alma en toda su sensualidad. (Éxtasis de palabras en el silencio).

“Derramar silencio. Cerrar los ojos
borrando el mandato de lo correcto.
Temblar el momento en el arrullo
de nanas sin otros. Convulsionar
sola por dentro, sentirme.”

Cuando nos habla de ese sentimiento único, mágico siempre, esperado en su todo, donde la verdad tiembla en perenne ternura. Sé nos ofrece con naturalidad y sencillez. Con esa franqueza que caracteriza toda su obra. En “MÁS QUE MÁRMOL”. Poema lirico e intimista de una inspiración exquisita y palpitante. Nos sorprende con todo su apasionamiento y sensibilidad. Hablándonos de amor.

“Tus pupilas, volcán en mis labios,
son versos sin poeta.
Escritos en el infinito de la duda,
donde la mediocridad sabe a pureza.
Nada más.”

Muchísimas gracias Consuelo Jiménez, por confiar en mí, dejando en mis manos el prólogo de tu segunda obra este poemario que vuelvo a leer y releer, pero poco a poco, como si saborease un café placentero e intenso.  Y debo confesar que cada vez que me detengo en un poema descubro la enjundia y belleza de tu creación esa que nace tan natural como un manantial de agua espontánea.
                     
                                  Ana Isabel Pérez Pizarro