Álvaro Luna es un escritor joven
de 42 años, soltero. Y nuestra intención es darlo a conocer para que
sus escritos se difundan ya que valen la lectura.
Escribe cuento, novela, poesía,
con temas tan humanos y actuales como el conflicto interno, la lucha entre la
moral y el deseo, entre el deber y el querer, entre el amor y el miedo; buena
parte de los relatos giran en torno a esos conflictos.
Los cuentos que he leído me han
llamado la atención por su sensibilidad y originalidad, por la descripción de
escenas y de escenarios que enmarcan los sentimientos a modo de complexión.
Álvaro trabaja como funcionario
administrativo en la Intendencia de Montevideo. Y dice de sí mismo:
Entre los
años 2011 y 2014 asistí al Taller de Escritura el Rincón (Montevideo),
coordinado por Fabián Severo y Gustavo Esmoris. En 2015 empecé taller de
escritura con Daniel Mella.
En 2013
edité el libro de cuentos “Algarabía”.
En 2014
mi cuento “Títeres” obtuvo mención en el concurso “100 años de Julio Cortázar”
(Montevideo).
En 2014
mi cuento “La mancha” fue seleccionado para integrar la antología de cuentos de
talleres literarios “Cuentos del taller 2013”.
En 2015
mi novela “La deriva de los continentes” resultó ganadora del XXI Certamen de
Letras Hispánicas Universidad de Sevilla.
Como
dije, me atraen sus descripciones que parecen hechas por un pintor detallista,
como ejemplo, esta descripción de las manos de la madre:
Shepard apenas recordaba las manos laboriosas de su madre, manos de sábados y domingos, siempre húmedas en el contacto con las verduras y las carnes, inquietas y precisas sobre las tablas, gigantes sosteniendo la fuente de pasta, abandonando el recinto aromático de la cocina y moviéndose con una solemne alegría hacia el altar de los sacrificios de la mesa del comedor. Las recordaba en las tardes lánguidas de invierno, blancas de harina, como conejos agitados ante el olor de un depredador, inmersas en la confección de un bizcochuelo o de tortas fritas exquisitas.
Le hice
varias preguntas a lo que me contesta con sobriedad:
"No soy escritor de carrera, soy un lector de carrera que escribe.
El número
de escritores que me han impresionado, y tal vez influenciado, no para de
aumentar, uno de los mayores goces de un lector es descubrir a un escritor que
lo deslumbre. Solo por nombrar a algunos: Onetti, Melville, Borges, Tolstoi,
Lispector, Lem.
He
incursionado en narrativa (cuento y novela) y poesía.
No tengo
rutinas ni rituales preestablecidos para escribir, pero generalmente lo hago de
noche, y leer algo que me entusiasme me motiva a la escritura.
Me
gustaría escribir algo de ciencia ficción.
Ver mis
textos publicados en papel por primera vez fue emocionante. Por más que las
nuevas tecnologías nos dan muchas facilidades para publicar en distintos formatos,
el formato libro sigue teniendo un peso simbólico muy fuerte.
Al que
quiera publicar su primer libro le diría que no pierda de vista que debe ser
riguroso consigo mismo, aún más de lo que sería al juzgar a otro escritor."
Agradezco mucho a Álvaro Luna que
nos dejara entrar en su intimidad de escritor.
He aquí una de sus poesías:
Inventario
Amores de
escaparate
amores
precarios y revocables
ácidos y
alcalinos
amores
reales y virtuales
de
derecha y de izquierda
bautizados
e infieles
amores
artesanales e industriales
amores
por amor al arte
amores
vanguardistas
canónicos
y tradicionales
amores
despejados y cubiertos
reversibles
e impermeables
ignífugos
e inflamables
amores
certificados
beatos e
inmorales
descafeinados
sin
azúcar agregada
ecológicos
contaminantes
amores de
estrado y de barricada
geológicos
y cuánticos
amores
teledirigidos
analógicos
y digitales
amores
que matan
que se
suicidan
desinhibidos
y acomplejados
amores de
verano
de fin de
semana
de
feriado nacional
amores
pródigos y avaros
con el
interés más bajo
usureros
blancos,
negros, multicolores
cocidos,
a punto, crudos
podridos
y frescos
circulares
y cuadrados
amores
trigo y amores panes
amores
indiferentes
amores
enamorados.
Algunas críticas de mi libro
“Algarabía”
"Desde una narrativa potente,
uniendo mundos de distintas gavetas, Algarabía, el primer libro de Álvaro Luna,
va hilvanando personajes y situaciones, como búsqueda implacable de lo opuesto.
La traición y la culpa, la resignación y la ingratitud, se cruzan dentro de un
gran mosaico, donde lo trágico nace de lo cotidiano". Gustavo Esmoris
“ALGARABÍA es un libro de cuentos
de ÁLVARO LUNA, publicado por ediciones DEL RINCÓN. Ágil, variado en sus
propuestas, su lectura muestra un narrador seguro y en pleno crecimiento.
Se trata, sin duda, de una
narrativa de hoy, directa, sin concesiones ni idealizaciones, llevado por mano
firme por este montevideano nacido en 1974.
Otra muestra de la vitalidad y
diversidad de lo que se crea en el Uruguay contemporáneo, problemático y
febril.” Rafael Courtoisie
“Las situaciones y personajes en
los cuentos de A. Luna parecen independientes, abordables y se diría hasta
diáfanos en su cáscara de cotidianidad. Si bien la estructura de los mismos
denota casi una linealidad en su discurrir, hay saltos en los tiempos internos
que plantean situaciones a largo plazo. Son disquisiciones breves pero intensas
que hacen que el lector aprese al instante el conflicto de esos seres, que ya
desde el comienzo, están marcados por un signo trágico. Trágico en el sentido
más moderno del término. El destino no es una fuerza exterior sino que se
identifica con el carácter del héroe, como es de esperar en una época
atravesada por el individualismo. Cada uno, tiene el destino que tiene, por ser
como es. Los personajes arriban a su punto culminante, realizan su pasión y
esto los lleva a su aniquilamiento como individuo. Es la destrucción física y/o
moral. Los desenlaces son desesperantes porque nadie puede escapar a su
destino.
En "El intruso", el
personaje Esteban, niño, vive el abuso de un padre golpeador y el abandono de
su madre. Ya adulto decide construir su destino. El desenlace está presente, no
puede ser otro que no esté signado por la destrucción y muerte. Diego, el
protagonista de "Descubrimientos", no es consciente de quién es como
ser humano. Deja abandonada a una persona atropellada por él con su taxi. No
puede creer que fuera capaz de semejante acto. En "Travesía" los
recuerdos de un condenado a muerte son relatados en un monólogo interior de una
bella precisión. En él está larvado el final que el lector atisba y luego
confirma.
Interesante resulta la forma de
titular sus cuentos. Existe una confrontación en el simbolismo que sugieren y
el contenido del texto que presiden. Se diría que se plantea una especie de
oxímoron, conformado por título-texto. Así, "Marylin" que alude al
símbolo sexual femenino por antonomasia, aquí designa a un exitoso hombre y
respetado padre de familia. El ya mencionado cuento "Travesía"
describe no una peripecia por el mar abierto sino por un tétrico corredor que
conduce a la muerte. Hay un paralelismo entre lo interno y la
realidad,magistralmente narrado. La palabra "gloria" evoca honor,
triunfo. Sin embargo, en el cuento así titulado, Gloria es un personaje que
labra la desgracia de tres vidas.
Y así, podemos recorrer estas
páginas que son un regocijo para un lector exigente. Y aquí me detendré en la
figura que nos golpea por la contradicción de gran efecto que se plantea entre
el nombre del libro y su contenido. "Algarabía" es bullicio,
gritería. Su material fónico evoca, alegría, aunque no sea ese su estricto
significado. Los hablantes así lo sentimos y así lo siente el autor cuando pone
el término en boca de un personaje: "Se quedó ahí, sorprendido por la
repentina conciencia del volumen apabullante de su miseria, mirando a Juan con
ganas, con el gesto más triste que pudo elaborar, con miedo que se le notara el
vendaval de algarabía que le azotaba el cuerpo".
Y volviendo al tema
"Libro-Contenido" diré que si hay dos elementos que aparentemente se
excluyen son las peripecias trágicas de todos y cada uno los personajes y la
noción que despierta la palabra algarabía. Estas poéticas contradicciones, de
gran efecto narrativo más la concisión y manejo de un lenguaje elaborado,
preciso y terso, son algunos aspectos que destaco, dentro de tantos otros
logros.” Angelita Bonnet
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