Y ¿si hubiera una segunda
oportunidad?
Muchos nos hemos preguntado esto,
pero AV San Martín lo desarrolla en una novela: Azul tormenta, lluvia añil,
que todo aquel en edad de casarse debiera
leer y los que ya pasamos de veinteañeros podemos disfrutar sin meternos en
mayores complicaciones. No es que sea un libro de autoayuda, pero su
investigación sobre relaciones tóxicas, sobre la psicología del abusador y la
de su víctima es muy esclarecedora.
Y no se detiene allí porque, si
así fuera, se quedaría en la calificación de “una más”, sin embargo, la autora
da un giro a la historia volviendo a tener 18 años, pero, con la experiencia de
la mujer de 33.
Cómo sucede es un misterio que no
entenderemos hasta el final. Sin
embargo, es evidente que este ‘volver en el tiempo’ le permite reencontrarse,
entender su error, regresar a su familia, a sus amigos y al que pudo ser el
amor limpio, sano, verdadero.
La novela tiene otros matices,
reproduzco aquí un fragmento donde hay un delicioso juego con las manos:
“Su
mano se aleja, y siento un desierto de abandono sobre la mía.
Solo
la ha volcado hacia un lado y la mantiene abierta con la palma hacia arriba y
los dedos estirados como una invitación silenciosa que no exige respuesta. De
inmediato me agarro a ella como si fuera el único bote salvavidas en mitad del
océano. Se siente distinta la unión de las manos cuando estas se miran de
frente. Su vínculo no puede traicionar
una fusión perfecta. La adherencia de las palmas unidas por completo sin
espacio para el aire. Mis dedos y mi
pulgar al otro lado se curvan alrededor de él. Es extraordinario sentir cada
centímetro de piel que compartimos, los movimientos leves como caricias de sus
dedos sobre el reverso de mi palma. Ni siquiera nos miramos ahora, los dos
hemos clavado los ojos en nuestras manos. Deslizo mi mano y mis dedos se
estiran con la caricia de mis yemas sobre su palma. Trata de atraparla aún en
la suya capturando mis dedos bajo los suyos, me sorprende que trate de
retenerla, pero mi intención no es alejarla. Estiro sus dedos sin encontrar
resistencia y los míos acarician los huecos entre los suyos, mis yemas rozan sus yemas y vuelvo a hacer el
camino dentro de su mano con lentitud. Grabo las líneas y las desigualdades de
su palma con la punta de mis dedos. Oigo su respiración, tal vez sea la mía.
Sus dedos cobran vida. Se deslizan por mi mano. Rozar las palmas ya no es
suficiente. Sus yemas en mis nudillos se alargan hasta rozar mi muñeca y la
vuelca de nuevo para enfrentar a la suya, sus dedos se deslizan entre los míos
entrelazándolos. Los soltamos y ahora son las palmas las que bailan una contra
la otra. Ya no hay tanta suavidad en nuestras caricias. Las manos se friccionan
exigiendo algo la una de la otra que no llegan a comprender, se atrapan y
presionan con fuerza. Tienen vida propia y nosotros somos sus espectadores.”
En general, y tratándose de gente
universitaria, los diálogos son ágiles, ocurrentes, con mucha información sobre
música, medicina, psicología y cultura en general. Veamos este fragmento que es
realmente divertido:
“Soporto
mejor entre risas algunos errores periodísticos no ortográficos como los
titulares reiterativos “Pierde la vida y muere”; los incalculables “Condenan a
8 de los 3 acusados del secuestro”; los inverosímiles “Mañana empieza la huelga
de médicos y enfermos” o los disparatados “La acusación particular pedía un año
de cáncer y una indemnización de 12.000 euros”. Aún recuerdo un día de
carcajadas estrepitosas en el trabajo cuando Emilio, el jefe técnico, encontró
una página web dedicada a gazapos periodísticos que compartió con el resto del
equipo. Absolutamente inolvidable María Teresa Campos: «Estados Unidos ya tiene
presidente erecto: George Bush»”
Cuando recapacita sobre su propia
conducta es realmente introspectiva, sobretodo porque la familia de Ana es sana
y amorosa, allí no hay justificativos para dar o recibir malos tratos, y
entonces ¿por qué no buscar protección en ellos? Leamos este pasaje
confesional:
“Es
difícil entender por qué no he confiado en mis padres cuando siempre han sido
un apoyo enorme para mí. No, no es tan complicado. No quería perder a Abraham.
Oculté su agresividad para que no fuera juzgado por ellos o me obligaran a
apartarme de Él. E incluso cuando comenzó a alejarme de mi familia, volviendo
malhumorado de las visitas o enojándose cuando quería hacerlas, continué
eligiéndole a Él por encima del resto. Siempre anteponiendo sus deseos a los
míos. Inclusive
cuando veía el dolor que mi separación les producía. Yo era una marioneta sin voluntad en sus manos deseosa por complacerlo.
Luego
llegaron los golpes y fui yo la que me mantuve apartada para que no advirtieran
las marcas y el sufrimiento; improvisando una sonrisa triste cuando los veía
que nunca alcanzaba mis ojos. Me volví una gran mentirosa. Una estupenda actriz
siempre oculta tras un disfraz. Escondiendo de uno y de los otros lo que me
haría daño. Así era yo. Una gran farsa con miedo a ser yo misma, y con unas
ganas inconmensurables y reprimidas de gritar por mi verdad.”
Y ¿cómo el abusador se auto
justifica?
“―Sabes
qué no ha sido culpa tuya, ¿verdad? ―me dice, y coge mi mano laxa para
colocarla en la palanca de cambios bajo la suya.
Suspiro.
De nuevo mi culpa, su culpa. ¿De quién será? Quitando el hecho de que no puedo
cambiar su forma de ser y que yo no estoy implicada en la naturaleza de su
temperamento. ¿Provoqué de alguna forma su ira? Sí. Lo hice. ¿Eso me convierte
en la culpable? Hubo un tiempo en que así lo creí; sin embargo, ya no. La
pregunta clave es: ¿hice algo mal que justifique su atropello a otro chico? No.
¿Hice algo, cualquier cosa, que justifique sus denigraciones, su acoso y su
tortura? No. No. No. En mayúscula y con doble subrayado. Un gran NO. Cualquiera
que sea su excusa y su retahíla sin sentido y enloquecida para defenderse, la
única respuesta posible es que Abraham es el responsable exclusivo de sus actos
ponzoñosos, y yo ya no quiero continuar inculpándome por ello.”
Pero, ¿qué la retiene? ¿Qué poder
tiene el abusador sobre su víctima?
“Dudo.
No tengo ninguna obligación de ir con Él. Ya no le pertenezco y soy capaz de
pensar por mí misma y a pesar de ello…
temo las consecuencias. De ahí radica su poder en mí. Del miedo. Empiezo
a creer que nunca estaré a salvo
―Déjame
marchar ―suplico, y me odio a mí misma al darme cuenta de lo patética que
sueno, de lo rápido que he dejado que Él vuelva a tener dominio sobre mí y me
atemorice. Es el miedo la peor arma del mundo.”
Más adelante pensará:
“Necesito
mi libertad y ser yo misma. Solo descubriendo de nuevo quién soy podré hacerme
más fuerte y, si soy más fuerte Él no podrá hacerme más daño. Tal vez de eso
trate todo esto.”
…..
“Se culpa
de la violencia de su pareja como si ella fuera la causante de cada agresión,
entrando en un estado de abandono y pasividad del que es muy difícil salir. En
su mente se erige su propia cárcel.”
AV San Martí, a través de Ana,
dice que no es feminista, pero reflexiona sobre la diferencia de sexos deseando
que…
“Tal
vez algún día las niñas puedan hacer lo mismo que los niños sin ser
consideradas chicazos o marimachos. No me siento menos femenina por hacerlo.
Soy una mujer y me siento muy orgullosa de serlo aunque nuestro recorrido sea
más difícil. Jamás pensé ‹‹ojala hubiera nacido hombre›› y tampoco soy
feminista. No creo en los extremismos. La vida no es en blanco o negro. Ni
siquiera gris. Hay muchos más colores de los que puede llegar a percibir el ojo
humano.”
Y sobre injusticia de sexo:
“Y
mientras el asesinato y la violencia contra las mujeres, por parte de sus
parejas, continúe alcanzando cifras descomunales se tendrán que seguir
aplicando medidas de excepción. Porque no tengo ninguna duda de que esto es una
guerra.
No
es una batalla de mujeres contra hombres si no una lucha a favor de la razón y
la lógica frente a la injusticia, por lo que escuchar esos argumentos que
aseguran que ni las mujeres son tan buenas ni los hombres tan malos en realidad
me sobran. Nadie está enarbolando ese eslogan en versión pancarta para
denunciar la irracionalidad de la violencia contra las mujeres. Considero que
no entender está situación; es no comprender su propia constitución de género y
su progresión social. Estas mentes obtusas son incapaces de afrontar la leve disminución
de años y años de indulgencia y privilegios masculinos, y acusan de victimismo
a las mujeres cuando es su propio pecado.”
En síntesis: esta novela no sólo
es aleccionadora, divertida, inteligente, reflexiva, sino que es imprescindible
para quienes tienen (y ¿Quién no?) esa “rendija” intelectual por donde se
escapa la tan mentada “inteligencia emocional”, para quienes gusten reflexionar
o ahondar sobre la situación social de la mujer y no quieran abordar estos
temas de forma enciclopédica.
Sinceramente, pasé una semana no
solamente muy entretenida, sino que me volvió a mi propia estudiantina; me hizo
repensar temas que uno cree superados, pero siguen allí; me recordó e informó
sobre música y; hasta me hizo reír y llorar, lo cual no es fácil en mi caso.
No sé si merece algún premio
porque no soy crítica, soy lectora ávida, lo seguro es que me valió el tiempo
que le dediqué con placer. Gracias Ainara (permíteme llamarte así pues me
encanta ese nombre) por enviarme tu novela y conocerte a través de ella y de
tus respuestas a mi cuestionario (a continuación). Felicitaciones A.V. San
Martin.
ENTREVISTA:
¿Eres escritor de carrera o has
seguido alguna carrera?
El ser
escritor siempre me pareció un sueño al alcance de pocos. Al menos cuando
comenzaron mis primeros escritos así era. Así que, siempre me lo tomé como un
añadido a mi vida, con el que obtenía muchas satisfacciones, pero me dediqué a
estudiar económicas más por conveniencia que por devoción. Ahora, siempre dije
que al menos publicaría un libro algún día.
¿Vives de la literatura? O ¿Cuál
es tu ocupación?
No, hoy
por hoy solo unos pocos privilegiados pueden vivir de la literatura. Ahora
mismo compagino el cuidado de mis hijos con la escritura. Tengo un bebé de
apenas nueve meses y conciliar trabajo y reciente maternidad resulta muy
difícil.
¿Con quién vives y dónde? ¿Te
acepta tu familia como escritor?
Vivo con
mi marido y mis dos hijos en Melilla, España. Casualmente lo que nos unió a mi
marido y a mí fue nuestro amor por la literatura y la escritura, solo que él es
mucho menos constante que yo y terminar un libro suponen muchas horas de
trabajo y esfuerzo.
La verdad
que él me apoya al cien por cien en mis proyectos y está convencido de que lo
que yo tengo que hacer es dedicarme íntegramente a escribir.
¿Cuándo decidiste que eras
escritor?
Aún no lo
tengo claro. Incluso, si me lo preguntan, contestaré: escribo libros. Aún me
muestro reticente a decir soy escritora. Supongo que ese oficio siempre va
acompañado de un prestigio que aún no creo merecerme.
¿Qué fue lo primero que recuerdas
haber escrito? ¿A qué edad?
Recuerdo
claramente la primera “novela” que terminé. Comenzar, comenzaba muchas, pero
terminarlas era un logro mucho mayor. Tenía unos doce años y era una historia
muy dramática sobre una niña huérfana a la que acogían en una casa, pero en la
que la trataban de sirvienta. Aún lo conserva una de mis amigas, yo lo hubiera
quemado ya, jajajaja.
¿Quién te ha influido en tu vida
literaria?
La
primera autora de literatura no juvenil que me encantó desde muy jovencita fue
V.C Andrews con aquel espectacular Flores en el ático. Creo que mi primera
novela estaba muy influenciada por esas grandes sagas que devoraba a oscuras
bajo las mantas. Mucho mayor fui descubriendo a Isabel Allende, Barbara Wood,
Julia Navarro, Alberto Vázquez Figueroa, Katherine Neville, Toti Martinez de
Lezea. Grandes escritores cuyas historias me atrapaban de principio a fin y con
los que no dejaba de aprender.
¿Qué temas son tus preferidos? Y
¿cuáles géneros has incursionado?
Ahora
mismo me estoy enfocando en la narrativa contemporánea, tal vez porque la
situación social actual es un tema que me preocupa mucho y trato de reflejar en
mis libros denuncia social y política.
No
obstante, hubo un tiempo durante la universidad que íntegramente me dedicaba a
escribir novela histórica. La historia, la arqueología son temas que me
apasionan, y tal vez en un futuro no muy lejano me atreva con una distopía que
tengo empezada. Al fin y al cabo, en ellas se refleja el mundo en el que desembocaremos
de continuar con esta intolerable forma de vida.
¿Tienes hábitos para llamar a tus
musas, alguna rutina? Como poner música, etc.
Exacto.
La música es mi musa y paso mucho tiempo buscando la canción más adecuada y que
más me inspire para cada escena. Esas canciones ya se quedan para siempre con
ese libro y no me sirven para otros. Son como su banda sonora y a nadie se le
ocurriría cambiarlas entre películas. A veces solo tengo que tumbarme con los
cascos de música puestos y dejar volar la mente para encontrar la siguiente
escena.
¿Qué es lo próximo que te
gustaría escribir?
Ahora
mismo tengo tres proyectos entre manos. Uno de ellos muy avanzado y al que me
gustaría dedicar más horas de las que tengo para poder trasladar todas las
ideas que ya me pesan en la cabeza al papel, y me causa mucha ansiedad no poder
hacerlo. Tengo la casa llena de notitas y apuntes de lo que se me va ocurriendo
y los siento como un galimatías que necesito resolver ya.
¿Te sentiste diferente, bien, o
como, después de publicar por primera vez?
Me siento
muy orgullosa de haber publicado un libro y que, además, esté gustando entre
sus lectores. Sin embargo, también he de confesar, que me ataca la timidez
cuando un conocido me asalta por la calle para comentarme lo del libro, porque
yo suelo ser muy discreta al respecto y no lo comento.
¿Qué le dirías a alguien que
quiere publicar su primer libro?
Que no
desista, que luche, que se enfade y maldiga si es necesario, pero que no se
rinda. Muchos autores han visto publicados sus libros tras años de rechazos y
han sido verdaderos éxitos. Eso sí, hay que saber esperar y tener un poco de
paciencia. Parece complicado con la vida tan vertiginosa que llevamos
actualmente, pero con la literatura debe ser así y las mejores historias se
cuecen a fuego lento.
¿Hay algo
más que quisieras decir y no te he preguntado?
Para mí
escribir es como desnudarme, pero no como desnudar mi alma y que todas mis
debilidades queden a la vista, no. Me refiero a desnudarme después de un largo
día de trabajo en el que necesito quitarme la ropa y ponerme las pantuflas para
sentirme cómoda y quitarme de encima todas las cargas buenas o malas del día.
Por eso, quizás cuando mejor escribo es de noche. Me siento frente a mi
ordenador y libero todas las palabras y las ideas que se amontonan en mi cabeza
relajándome al fin. Creo que si no escribiera me volvería loca, jajajaja.
¿Hay algo que nunca hayas
compartido antes y te gustaría hacerlo ahora sobre tu éxito con…?
Creo, que
lo que más satisfacción me produce de haber escrito este libro, es recibir los
comentarios de mujeres que, como la protagonista, también han sufrido malos
tratos. Estas mujeres se ponen en contacto conmigo para decirme que se sienten
comprendidas, que es increíble lo bien reflejado que está en el libro el
calvario que supone, y además, les ayuda a sentirse un poco mejor.
La idea original cuando lo escribí era tratar
de hacer entender lo que sienten y lo que padecen las víctimas. Sobretodo
explicar que no es tan sencillo salir de esa espiral de destrucción, pero si lo
que consigo es que esas mujeres se sientan mejor creo que la recompensa es muy
superior.
Gracias
por la entrevista, Mónica y por interesarte por mi libro. Para mí es un
auténtico placer poder contar con medios como los tuyos. Gracias de nuevo y un
fuerte abrazo. A.V.
San Martin
Biografía corta:
A.V.
San Martin es el seudónimo de Ainara Villacorta San Martin. Nacida en el País
Vasco el 22 de agosto de 1978 y afincada actualmente en Melilla, cursó estudios
universitarios de Ciencias Económicas.
Desde
muy joven, su curiosidad y hambre por aprender y saber, la sumergieron de lleno
en la
literatura. Siempre se la podía encontrar entre libros. Esa pasión por
las letras derivó a muy temprana edad en la creación de sus propios relatos y
escritos. Le gusta recrearse en cada palabra, en las construcciones de las
frases y en todas sus interpretaciones. Adora la semántica elaborada; las
metáforas extraordinarias, las paradojas imposibles y las comparaciones inusitadas.
Azul
tormenta, lluvia añil es la primera novela a la que se ha dedicado a tiempo
completo y nace con la intención de ser divulgada y cumplir un sueño.
Enlaces:
https://www.facebook.com/profile.php?id=100010824852009
@AVSanMartin1
http://tempusfugited.wix.com/tempusfugit#!news-and-events/c1pz
http://mybook.to/azultormenta
Muy interesante la entrevista ,dice mucho de tus ilusiones y trabajo que lo tomas bien en serio
ResponderEliminarGracias por compartirnos un poco de Ainara V. San Martín!
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