He conocido a Mercedes Gallego
por Facebook, he seguido sus mudanzas, sus descontentos, sus saudades y la
llegada de su gata Candela con los relatos -consecuentemente- de la gata sobre
su ama.
Es una escritora que, a pesar de
cuidar los pormenores, de ubicarnos detalladamente en escenarios y tiempos, nos
hace vivir la trama con un texto directo, fluido, tan vívido que parece contado
en la mesa de un bar. No es difícil pasearse sobre sus hojas y entregarse a los
misterios que nos va entregando.
M Gallego me envió su novela hace
meses y, por destinos inescrutables para mí, no pude bajarla en su momento.
Después un problema en mi vista me impidió leer en la pantalla del ordenador
por lo que la dejé de lado. Ahora mis ojos están algo mejor -aún con la
recomendación de no estar mucho en la compu- y resulta que vuelvo a su archivo,
comprobando que una de las dos novelas que enviara apareció. (¿Magia navideña?)
El caso es que me encantó meterme
en la vida de Candela Luque y su “Operación maletín”
He aquí la SINOPSIS:
Una mujer
aparece muerta en un céntrico hotel de Barcelona. El caso recae en el jefe del
grupo de Homicidios que recurre a la recién llegada Candela Luque, agente del
Grupo Experimental de Policía, para llevar a cabo la investigación.
La joven
pertenecía a un grupo de ventas, que proliferaban en la época, pero la
aparición de unos brillantes y la huida de los jefes, junto a la desaparición
de las restantes compañeras de la víctima, complica los hechos.
Candela
viaja a la isla de Tenerife buscando respuestas porque la joven asesinada era
de allí. Encontrará tráfico de drogas, corrupción policial, pero no al asesino
que a punto está de acabar también con ella.
Candela no sólo investiga un
crimen, también hace varias reflexiones donde se entrevé a Mercedes dictándole letra,
como cuando dice:
“Ahí
radicaba el verdadero problema del feminismo, pensaba Candela: en la mujer. Era
la primera que debía concienciarse de que tenía los mismos derechos y las
mismas aptitudes que el hombre, pero no solo en el aspecto laboral.”
Candela es una mujer independiente
e inconforme, no se amilana ante la “autoridad” ni ante el machismo. Rechaza la
corrupción y el abuso de todo tipo.
Muchas veces nos preguntamos
sobre la vida de quienes escriben el libro y
como es que se llega a elaborar
una trama o tramas que se resuelven en tal o cual texto.
He leído el blog y me he enterado
de algunos detalles sobre el proceso creativo que le ocurre a Mercedes Gallego,
lo más atractivo es su forma poco ampulosa y simpática de decirlo:
“Mis
protagonistas son policías, ese es mi género y ahí lo tengo más fácil porque
conozco el ambiente desde dentro, pero no es lo mismo, porque no se trata de
contar mi vida, aunque aproveche la experiencia. Entonces es cuando paso unos
días leyendo con media cabeza y con la otra media imaginando ese entorno en el
que ella no tardará en entrar. Organizo su mesa de trabajo, los bares que frecuenta
cuando sale a desayunar, los compañeros de oficio... ¡Uf! Otro parón.
Tienen
que ser reconocibles, con sus características y su idiosincrasia genuina, pero
cuidando, como en la protagonista, no exagerar. Busco en mi memoria personas
que hayan pasado por mi vida y elijo. Manel, el policía compañero de Candela
tiene mucho de un inspector que conocí en mis tiempos. Virginia también. Una
médico frustrada, una mujer seria y difícil de conocer porque se lo guarda todo
para si. Vuelta a hacer fichas, vuelta a crear físico, carácter, vivienda,
gustos...”
Me gustó su forma de plantear su
historia, tiene mucho de profesional y un dejo de naturalidad en una
combinación encantadora. Su novela es especial para relajarse, para leer en la
playa o en el tren, avión, etc. En fin, la recomiendo ampliamente.
Conozcámosla un poco
Bio
de Mercedes Gallego.
Nací
en un lugar de la Mancha, como don Quijote. Desde mi jubilación a
los 60, dedico mi tiempo a escribir.
Soy
psicóloga, pero apenas he ejercido porque mi vida laboral se ha desarrollado en
la Administración del Estado, donde ingresé como funcionaria en 1968. Por
azares de la vida y por ser el primer ministerio que convocó plazas cuando
quise independizarme, me destinaron al Ministerio de la Gobernación, que así se
llamaba entonces. Hoy se llama Interior. Después de siete años archivando
papeles, haciendo pasaportes y carnés de identidad, vi una publicación en el
BOE que solicitaba personal de oficina (entonces solo éramos mujeres) para una
experiencia piloto que consistía en probar «si la mujer servía para policía».
Recogí el guante y me presenté al llamamiento. En total fuimos unas treinta de
toda España y formamos el llamado «Grupo Especial de Policía Femenino», del que
nada se supo y que apenas realizó labores policiales, por más que yo sí hice
algunas porque me pasaba el día protestando y diciéndole al comisario de la
Brigada en la que yo trabajaba realizando labores de archivo, que para eso no
necesitaba una pistola.
Después
de recorrer varios destinos recalé en el CSIC (Consejo Superior de
Investigaciones Científicas), donde han transcurrido mis últimos años hasta la
jubilación. Allí mi actividad cambió al diseño de carteles, portadas, folletos
y publicidad para apoyo a la investigación. La página Web del centro y la
creación de presentaciones multimedia fueron otros de mis cometidos, así como
la fotografía y el vídeo digital. Preparé exposiciones y presté apoyo a
congresos y demás eventos. Concretamente, en 2004, la conmemorativa del
cincuentenario del descubrimiento del ADN, y toda clase de eventos para
difundir la investigación científica, maquetación de libros y boletines. Un
trabajo apasionante pero nada comparado con escribir.
Mi
vocación siempre ha sido ser escritora, pero como persona independiente,
consciente de lo difícil que era, y sigue siendo, abrirse camino en un mundo
tan complicado como el de la literatura, cuando pude acogerme a la jubilación
después de cotizar los años exigidos por la ley, no dudé en dedicar mi tiempo a
esa realización pendiente. Mis primeras novelas recogen la creación del Grupo
de Policía al que me refería en el principio, pero todas las historias son
inventadas, puesto que, como ya he dicho, apenas se nos utilizó para cometidos
policiales. Eso sí, en la promoción de 1979, pudimos concursar en turno
restringido y fue entonces, cuando ya tenía dos exámenes aprobados, que fui
testigo de la forma de hacer de algunos policías, decidí pedir la excedencia.
Esta experiencia la reflejo en mi primera novela, Operación Maletín.
Generalmente
escribo novelas de serie porque son las que me gusta leer, pero una de las
Sagas, la que está ambientada en La Transición, la he cerrado por motivos
sentimentales. La empecé en Barcelona y se desarrolla allí, y hace ocho meses
dejé la ciudad y no me siento cómoda escribiendo en calles que todavía añoro.
Estoy pensando editarlas en un solo tomo, haciendo pequeños ajustes para que no
sea tan larga. Se llamará Trilogía de la Transición ― llegada de la mujer a la
policía. Actualmente son tres novelas diferentes: Operación maletín, la
primera. Matar al mensajero, la segunda y La trampa, la última.
La
Saga de Ramona Cano, El asesino del ajedrez, sí tendrá continuidad, pero ahora
estoy con un proyecto nuevo que está muy avanzado. No es un policiaco al uso,
es más bien un thriller, o una novela intimista. Pero no quiero avanzar nada,
ya se verá en su momento.
Todo
está en mi Web (www.mercedes-gallego.com)
Y
en mi blog http://mercedesgallegomoro.blogspot.com.es
uno de mis libros a la actriz Lluïsa Castell. |
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